La Secretaría de Hacienda y Pemex se enfrentarán en los próximos días por un tema que tiene más que expectantes a los inversionistas: su plan de negocios, que será la prueba de fuego para las otras dos grandes calificadoras de valores (Moody’s y Standard & Poor’s) que aún tienen a la empresa petrolera con grado de inversión.

Hace unas semanas, el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, se reunió con la secretaria de energía, Rocío Nahle, para platicar sobre el sector, particularmente en torno a lo que van a hacer con Pemex. Herrera le dijo a Nahle que el gobierno no tiene dinero para rescatar a la empresa y le confirmó que no se utilizarán los recursos del Fondo de Ingresos de Estabilización Presupuestaria para pagar parte de su deuda.

“No hay dinero y si quieren llegar a los niveles de producción planeados hay que apoyarse en la iniciativa privada”, le dijo Herrera, a lo que Nahle respondió que si no había de otra, que lo harían.

Días después del encuentro entre ambos funcionarios del gabinete vino el anuncio del Consejo Mexicano de Negocios, que se comprometió a no frenar la inversión y a destinar 32 mil millones de dólares en 2019 a distintos proyectos de las empresas y conglomerados que lo conforman. Ese mismo día se cancelaron los concursos para adjudicar siete farmouts de Pemex –programados para octubre–, debido a que la Secretaría de Energía los retiró de la subasta.

Las calificadoras y los bancos que asesoran a inversionistas de Pemex han dicho que una de las señales positivas que la empresa podría enviar al mercado sería la reactivación de los farmouts y las rondas de hidrocarburos, pero tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como Rocío Nahle –porque el director de Pemex, Octavio Romero, como casi siempre: ni sus luces– se empeñan en hacer lo contrario con el argumento de que “no se ha extraído un solo barril de petróleo” tras las adjudicaciones de proyectos, lo cual no es preciso.

Lo que al Presidente y a Rocío Nahle les repugna es que dichas asociaciones, en el caso de los farmouts que son para explorar y explotar aguas profundas, involucra una obligación de pago a los privados del 50% de lo producido.

La semana pasada, el director financiero de Pemex, Alberto Velásquez, dijo que planean salir al mercado a refinanciar 2 mil 500 millones de dólares de los 6 mil 600 millones de dólares previstos para este año. En la reunión de enero que tuvieron los directivos de la empresa en Nueva York, se aseguró que no saldrían a los mercados a refinanciar deuda y que usarían sólo líneas de crédito. La realidad los terminó aterrizando.

Otra cosa relevante que dijo Velásquez y que confirma que los farmouts no se reactivarán es que Pemex no invertirá en aguas profundas durante todo el sexenio.

Fue a finales de abril cuando Octavio Romero congregó a 130 representantes de empresas petroleras para presentarles el programa de inversiones de Pemex con el que busca aumentar la producción a niveles de 2.7 millones de barriles diarios hacia el final del sexenio. La reunión se llevó a cabo en Ciudad del Carmen.

Ahí Romero presentó el plan denominado “Oportunidades de inversión en campos maduros” que consiste en una primera etapa de 21 asignaciones enfocada a aguas someras, recuperación secundaria, complejidad técnica y marginales. Para estos campos se contemplan 2 mil 751 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (MMbpce); uno de ellos, Akal, pertenece al complejo Cantarell. Para las etapas posteriores se estima un total de 3 mil 111 MMbpce.

Lo más relevante fue el modelo de contratación que propuso el director de Pemex para aliarse con los privados.

Se trata de uno denominado Contrato de Servicios Integrales de Exploración y Extracción (CSIEE), cuyo plazo máximo de entre 15 y 25 años y la remuneración al contratista se realiza a través de una tarifa en dólares por unidad de hidrocarburo producido. Para que tenga viabilidad se consideran diversos aspectos como la mejora en el régimen fiscal, cuentas segregadas, tarifas variables en función del precio de los hidrocarburos y recuperación de costos en componentes de mayor riesgo.

Este tipo de contratos no entusiasman a los empresarios, por lo que su éxito está por verse. Por lo pronto, si el plan de Pemex que se va a publicar en los próximos días no contiene una gran carga de contratos e inversión privada, es muy probable que el Consejo de Administración de la empresa no lo apruebe. De eso se encargaría la Secretaría de Hacienda, que no puede darse el lujo de que las otras calificadoras degraden a la empresa.

Así que a esperar un nuevo round entre la Secretaría de Hacienda y la aguerrida Rocío Nahle.

Va el Banco del Bienestar
Fitch Ratings ratificó al Banco Nacional de Servicios Financieros (Bansefi), al mando de Rabindranath Salazar, la calificación de riesgo en escala nacional de largo plazo en ‘AAA(mex)’, es decir estable, mientras que la de corto plazo la ubicó como ‘F1+(mex)’.
Fitch consideró que Bansefi, que esta semana podría convertirse en el Banco del Bienestar, desempeñará un rol importante en los objetivos estratégicos de la nueva administración en cuanto a la dispersión de los millonarios programas sociales.

Twitter: @MarioMal
Correo: 

Google News