La carrera por sustituir los plásticos de un solo uso se acelera a medida que la preocupación por la crisis climática aumenta. Como alternativa, un grupo de chilenos presentó en Alemania unas bolsas de aspecto y características similares a las de plástico, pero que se disuelven en agua caliente.

Este nuevo material se suma a otras soluciones que han aparecido en los últimos años, como bolsas de papel o fabricadas con materia orgánica, todas luchando por convertirse en la alternativa número uno.

Su CEO e inventor, Roberto Astete, se encuentra en Alemania promocionando Solubag, con la que espera reducir al mínimo la contaminación que produce tanto la fabricación como el proceso de reciclaje de las bolsas de plástico tradicionales.

“Es un material que no contamina”, explicó  en un encuentro realizado en la embajada de Chile de la capital alemana. “Con él damos la posibilidad a la gente de ser un agente activo en descontaminar el planeta”.

Las bolsas son reutilizables y requieren menos energía para su fabricación. Destacan respecto a otras soluciones, también menos contaminantes que el plástico, por la facilidad con la que son desechadas.

Sumergiendo una de estas bolsas en agua de al menos 85 grados centígrados, ésta se disolverá y dejará el agua limpia de sustancias químicas. "No hay nada de plástico en la bolsa y el agua se puede usar por ejemplo para regar las plantas", aclaró Astete.

También se encuentra en Berlín el CEO de Solubag en Europa, Ivar Reiz, que destacó la diferencia con el resto de alternativas al plástico que se encuentran actualmente en el mercado.

"La mayoría son una promesa", recalcó. "Te dicen que en cierto tiempo el material va a desaparecer sin contaminar. En nuestro caso lo puedes hacer tú en tu casa, no tienes que esperar a que terceros lo reciclen."

"El usuario es el encargado de cerrar el círculo". Así, explicó, se disminuye también la huella de carbono posterior al uso.

Greenpeace calcula que en 2020 se producirá un 900% más de plástico que en 1980, y que son 500 mil millones las bolsas de este material fabricadas cada año.

Para tratar de reducir esta cantidad, gobiernos de todo el mundo han impulsado leyes contra los plásticos. Chile prohíbe a los comercios utilizar bolsas de un solo uso desde 2018.

También la Unión Europea ha legislado de forma semejante, con una prohibición que entrará en vigor en 2021 y que incluirá pajitas, cubiertos y platos de plástico de un sólo uso.

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