El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski salió anoche victorioso de la moción de destitución debatida durante más de 13 horas en el Congreso, donde la oposición lo acusaba por sus vínculos con la cuestionada constructora brasileña Odebrecht.

“No ha sido aprobado el pedido de vacancia por causal de incapacidad moral permanente”, dijo el presidente del Congreso, Luis Galarreta, tras la votación, que arrojó 79 votos a favor de la destitución, 19 en contra y 21 abstenciones. Para poder declararla se requería un mínimo de 87 votos (de un total de 130). El Partido derechista radical Fuerza Popular, que con 71 parlamentarios tiene mayoría absoluta y era el principal impulsor de la destitución, salió como el gran derrotado.

“Peruanos. Mañana empieza un nuevo capítulo en nuestra historia: reconciliación y reconstrucción de nuestro país. Una sola fuerza, un solo Perú”, tuiteó anoche el mandatario.

El vocero presidencial, Vicente Zeballos, señaló, a su vez, que “ganó el país y la democracia”.

Horas antes, el presidente había advertido que en caso de ser destituido el gran perjudicado sería el país.

“El daño no me lo harán a mí, se lo harán al Perú”, aseguró el mandatario de centroderecha al cerrar su defensa ante el plenario del Congreso, luego de la exposición de su abogado, Alberto Morea.

“Está en sus manos salvar la democracia o hundirla mucho tiempo”, afirmó Kuczynski, agregando: “Soy un hombre honesto, jamás he recibido un soborno, una coima o una prebenda. Ni mi empresa ni yo hemos contratado con el Estado peruano. Jamás incurrí en conflicto de intereses”.

Dominado por la oposición fujimorista, el Congreso abrió el proceso contra el presidente acusándolo de “incapacidad moral permanente” por supuestamente mentir respecto a sus relaciones contractuales con Odebrecht, que reveló que pagó casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a Kuczynski cuando él era ministro. El mandatario había negado desde antes de asumir el mando, el 28 de julio de 2016, que tuviese vínculos con dicha empresa.

“No soy corrupto y no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa, siempre he actuado de acuerdo a ley y a la ética profesional”, aseguró ayer el presidente, precisando que mientras se desempeñó como ministro la compañía que prestó asesorías a Odebrecht era gestionada por su ex socio, el chileno Gerardo Sepúlveda. Morea advirtió que de concretarse la destitución, el país estaría, “en la práctica, ante un golpe de Estado”.

Si bien algunos analistas anticipaban que Kuczynski se convertiría en el primer presidente en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en el pago de sobornos en varios países de América Latina para conseguir millonarios contratos, fuentes del gobierno realizaron en los últimos días esfuerzos para tratar de convencer a legisladores opositores de que votaran contra la vacancia.

De hecho, el legislador Kenji Fujimori, hijo del ex presidente Alberto Fujimori, aseguró que no apoyaría la moción de destitución porque ello puede afectar la gobernabilidad del país. “Votando en abstención daremos prioridad al fortalecimiento de la gestión de un presidente antes de enrumbar a un país hacia la incertidumbre”, dijo. Más temprano se había informado que el encarcelado ex presidente Fujimori solicitó la libertad a una comisión presidencial que encabeza Kuczynski. La moción en el Congreso capturó la atención de los peruanos, que en los últimos días salieron a las calles para protestar contra la corrupción en el país.

vkv

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