Sabe la directiva de las Chivas que, en caso de que Víctor Guzmán tuviera un expediente de dopaje, no nada más significaría que tendría que aceptar que se equivocó rotundamente en su contratación, sino que le puede costar una suspensión definitiva y no volver a jugar al mediocampista, por el que recientemente pagó 12 millones de dólares.

Por eso esconde información, como si nada pasara, aunque el sábado —en su estadio— durante el debut en la Liga, fue el tema de conversación de todos en la zona de prensa. ¿Por qué no fijar una postura desde el momento en el que tenía la información? Se trata de una directiva que parece querer defender un caso de trampa, en vez de atacarlo directamente, sin tapujos y entendiendo que esto es un real problema que se vive cotidianamente en todo el mundo del deporte.

Insisto, son meras especulaciones, por la falta de información y de valor de un equipo, por lo que muchos podrán tener versiones distintas, pero la mayoría de éstas terminan encontrándose en lo mismo.

Lo que resulta inverosímil es que la tan laureada dirección deportiva no haya tenido en cuenta este detalle, demostrando que ni tan a fondo conoce a quienes contratan, ni hacen una valoración de lo que es llevar a una institución a un futbolista.

Hace muchos años, en el Real Madrid, el expresidente Ramón Mendoza decía que antes de fichar a un futbolista, por más bueno que fuera, por más estelar y que sea de gran ayuda para los intereses deportivos, se tiene que estudiar su entorno personal, familiar y hasta de amistades. Puede ser muy bueno en el campo, pero muy indisciplinado fuera, con amigos tóxicos y ambientes poco saludables. Parece que eso no ha importado en Chivas durante los últimos tiempos, porque sólo se han rodeado de escándalos extradeportivos.

¿Qué esconde Chivas? Si es un problema personal del futbolista, ¿Será tan grave para no convocarlo al primer partido de la Liga, siendo el fichaje estelar en el invierno para el club?
Asimismo, habrá que cuestionar a la directiva de los Tuzos del Pachuca sobre si esto no era constante, porque el jugador estuvo muchos años en ese equipo y jamás se habló de alguna situación así. Guzmán perteneció a ese conjunto desde 2015 y hasta fue una figura de la Liga. Incluso, se especuló sobre la posibilidad de que fuera negociado a alguna institución del futbol europeo. ¿En serio, jamás había pasado algo similar, en caso de que sí sea la razón por la que no está con un equipo que se moría de ganas por tenerlo?

Para variar, en el futbol mexicano, el caso de este jugador vuelve a desnudar la falta de claridad que hay en muchas situaciones. Ha sido muy extraño lo sucedido, pero aún más inexplicable que nadie de la directiva del Guadalajara se haya animado a dar la cara.

Lo único que provocan con su actitud es que las dudas crezcan y las especulaciones se den al por mayor, porque es innegable que algo esconden en esto.

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