Uno aspira cosas determinadas en tiempos determinados, los hippies de los 70’s aspiraban, por decir algo, al sexo sin barreras, al uso de la mariguana sin estigmas y a la libre expresión , cuando al fin, muchos años después, algunos tuvieron poder, hicieron todo lo posible por volver realidad aquellos sueños juveniles, aunque, en los hechos, el sexo libre, la marihuana o la libre expresión ya no son, necesariamente, una prioridad de lucha.

“Si usted quiere la fórmula de la juventud eterna métase a chavista”
Nicolás Maduro.

Los ideales cambian como cambian las circunstancias, pensar que las luchas de los tiempos de juventud siguen vigentes cuando uno ya es maduro es risible, es aferrarse al pasado, es algo tan ridículo como anunciar en tu toma de protesta que “se disuelve el grupo de granaderos”, ajá, aquella vieja consigna de los 70 pero en pleno siglo XXI… Un mal chiste.

Los jóvenes de hoy no aspiran al sexo libre, es algo natural en su vida, ni tampoco a la legalización de la marihuana que, de facto, es ya totalmente accesible, ni a la libre expresión que brota todos los días en las redes sociales … No me malinterprete, ciertamente los estándares de esas luchas siguen, de alguna forma, vigentes, pero no con la fuerza de antaño.

Hoy, en cambio, la aspiración va, más bien, por la construcción de un futuro, por encontrar un trabajo que realice y desarrolle a las nuevas generaciones, por ganar mucho dinero sin chingarse al prójimo, por salvar al planeta cuidando del medio ambiente, por la integración de la aldea global y la migración ordenada, por las libertades financieras. Nos guste o no, el mundo cambió y también sus luchas.

Por eso, llama tanto la atención el aire anacrónico de López Obrador y su Cuarta Transformación en el marco de la cumbre CELAC y sus consecuentes debates sobre democracia y dictadura, porque en la mente de nuestros viejos políticos parece que permanecen sus aspiraciones juveniles, su visión del presente que no entiende del presente, ni mucho menos del futuro.

Para nuestro presidente, invitar al dictador de Cuba y Venezuela a nuestro país le acredita réditos populares que distan mucho de la realidad, es que López Obrador se mira hoy como ese joven de los 70 que sintió orgullo de México y su tibio apoyo a la revolución cubana, piensa que, como entonces, el pueblo le aplaude su gallardía frente al imperialismo de los yanquis.

No, México no aspira a ser Cuba ni mucho menos Venezuela, el papelón del fin de semana no le dará un solo voto adicional a la 4T, si acaso solo será un refuerzo para sus ultrarradicales y generará una desconfianza mayor a la que vienen cosechando desde hace tres años para el resto de los ciudadanos.

Pero ellos, como siempre, viven en los otros datos… Cosa que se entiende bien cuando nos damos cuenta de que, también, viven en otros tiempos.

El problema es que todos pagamos el precio de sus errores.

DE COLOFÓN

Alguien operó la visita de último momento de Nicolás Maduro como una estrategia de fuego amigo contra el aspirante más moderado de la 4T al 2024. Esa foto va a costar mucho.

@LuisCardenasMX

Google News

TEMAS RELACIONADOS