La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) rechazó la consulta ciudadana que organizó el gobierno federal sobre el Tren Maya, debido a que no cumplió con los estándares internacionales en la materia.

Este proceso para recoger opiniones respecto a uno de los principales proyectos de infraestructura del sexenio se hizo entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre del presente año en la zona sur del país.

El organismo criticó que durante la consulta sólo se hizo referencia a los beneficios del megaproyecto y no se dio información sobre los impactos negativos. De igual forma, la ONU-DH observó que las personas decían estar de acuerdo con la obra con tal de recibir atención a necesidades básicas como agua, salud, educación, trabajo, vivienda, medio ambiente sano y cultura.

También lamentó que las comunidades involucradas no participaron en la planeación de la consulta, lo cual provocó que los tiempos fueran muy cortos, las traducciones no fueran adecuadas, mucha gente no se desplazó a la consulta por falta de recursos y los participantes eran primordialmente integrantes de los gobiernos municipales.

La ONU-DH llamó la atención sobre la baja representación de mujeres indígenas en el proceso, además de que en algunas comunidades no hubo claridad sobre si se crearon comités de seguimiento.

“El proceso de consulta indígena sobre el proyecto de desarrollo Tren Maya (...) no ha cumplido con todos los estándares internacionales en la materia (...) Los estándares internacionales de derechos humanos establecen que la consulta y el consentimiento de los pueblos y comunidades indígenas debe ser previo, libre, informado y culturalmente adecuado”, señaló el organismo en un comunicado.

La ONU-DH vigiló cuatro de las 15 asambleas regionales informativas en Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Asimismo estuvo presente en ocho de las 15 asambleas regionales consultivas en Chiapas, Campeche, Yucatán, Tabasco y Quintana Roo.

El organismo realizó estas actividades por invitaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas; del Fondo Nacional del Fomento al Turismo y de la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.

Pese al rechazo que mostró la ONU-DH a la consulta ciudadana, celebró el compromiso del gobierno para celebrar procesos adicionales y ampliar la participación de las comunidades que podrían verse afectadas por el megaproyecto.

Del mismo modo el organismo dijo reconocer el esfuerzo del gobierno mexicano por “respetar, proteger y garantizar los derechos de los pueblos indígenas, incluyendo su derecho a la consulta y el consentimiento para el proyecto”.

También calificó como algo positivo el hecho de que la consulta se haya dado antes de que iniciara la definición y construcción del Tren Maya, pues esto contribuye al principio de consentimiento que dictan los estándares internacionales.

Por último también aplaudió la presencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y sus símiles estatales en el proceso, así como misiones civiles de observación realizadas por organizaciones sociales.

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya dio un banderazo de salida a este megaproyecto, e incluso hace tres días informó que en enero saldrá la primera licitación de la obra.

En este sentido, el titular del Ejecutivo federal hizo un llamado a los empresarios para que se preparen y compitan por la licitación.

El Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía son algunas de las obras más importantes que estarán impulsando en esta administración.

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