Dos distintas fuentes confiables con acceso privilegiado a los más altos círculos del poder me confirman que hace unos días, el polémico ministro Eduardo Medina Mora recibió un mensaje desde la élite del Ejecutivo: renuncia a tu asiento en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, o los procesos que se han abierto en la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República conducirán a tu encarcelamiento y el de tus hermanos.

Medina Mora no la pensó. Sacó la bandera blanca y en una carta sin fecha y de dos párrafos que no explican el por qué de su salida, presentó su renuncia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El jueves que sucedió esto, me cuentan, el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, tuvo que hacer una visita a Palacio Nacional.

Vale la pena recordar que la llegada del presidente López Obrador al poder pareció condenar desde un inicio los destinos de Medina Mora. Fueron acérrimos rivales políticos. Era públicamente conocido.

Medina Mora, quizá preocupado por que el presidente AMLO y los suyos hurgaran en su historia como funcionario federal durante tres sexenios consecutivos, aceptó la primera petición que le llegó de Palacio Nacional en la recta final del año pasado: votar por Arturo Zaldívar para que fuera presidente de la Corte. Se resistió, pero por poco tiempo. Le hablaron fuerte y entendió.

Se interpretó siempre que él votaría como parte de un bloque anti-Zaldívar (un bloque que se asumía en contra del presidente López Obrador) con los ministros Luis María Aguilar, Alfredo Gutiérrez, Alberto Pérez Dayán, Jorge Mario Pardo y Margarita Luna. Calculaban que con el voto de Medina Mora tendrían seis de los once posibles, y uno de este grupo podía ser presidente de la Corte (Gutiérrez, Pérez Dayán o Pardo).

Pero desde Palacio Nacional se activó la operación política a favor del ministro Arturo Zaldívar, más cercano al nuevo gobierno tanto en lo personal como en el discurso. Y así, tras esa resistencia inicial que fue hábilmente desactivada desde el poder, el ministro Medina Mora comprometió su voto para Zaldívar.

A partir de ahí se cristalizaron dos grupos antagónicos de ministros, que ya venían teniendo diferencias. La elección del nuevo presidente de la SCJN, en el contexto de la llegada al poder del presidente AMLO, fue punto de quiebre. Y en el bloque derrotado hubo quien se preguntó qué le sabía el nuevo gobierno al ministro Medina Mora, que lo habían hecho cambiar su voto.

Ya sin el voto de Medina Mora, la ministra Margarita Luna también avisó que votaría por el ministro Zaldívar, quien así sumaba siete. Victoria holgada.

Llegó el día de la votación. Triunfó el ministro Zaldívar con siete votos. El ministro Gutiérrez tuvo dos votos: el suyo y el del ministro Pérez Dayán. El ministro Pardo tuvo también dos: el suyo y el del presidente saliente Luis María Aguilar.

Todo lo anterior, según varias fuentes de primer nivel con las que he hablado para reconstruir esta historia.

La salida de Medina Mora abre la puerta para que el presidente López Obrador coloque en la Corte a otro personaje cercano a él y vaya blindando su proyecto de nación, tomando el control del Poder Judicial.

SACIAMORBOS. Defender la autonomía del Poder Judicial, expresar una preocupación por el debilitamiento de los contrapesos al presidente López Obrador, no es defender a Eduardo Medina Mora. Claro, eso es lo que quieren hacer creer desde Palacio Nacional. Es cierto que muchos presidentes postularon aliados para ser ministros, pero México ya no quiere esas complicidades y por eso votó como votó… Parece que lo están traicionando.

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