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El precandidato presidencial demócrata Michael Bloomberg aceptó que su campaña para las elecciones en Estados Unidos empleó a mujeres detenidas en prisión que llamaban a los votantes de California para motivar el voto a su favor, informó el medio digital The Intercept.
El equipo de campaña del candidato contrató a la empresa de llamadas telefónicas ProCom, la cual cuenta con centros de operaciones en Oklahoma y Nueva Jersey, en el primer estado dos prisiones ofrecen los servicios y algunas de las que cumplían condena ahí trabajan en este sistema.
El lugar de donde salían las llamadas de campaña era el centro correccional de mujeres Dr. Eddie Warrior de mínima seguridad, donde las reclusas ganan su salario en trabajos de empresas que las subcontratan, un modelo común en las prisiones privadas de Estados Unidos, informó la investigación de John Washington.
El personal de campaña de Bloomberg apuntó que no tenía idea de que la empresa contratada ofreciera este trabajo a mujeres que se encontraban privadas de su libertad.
Julie Wood, la vocera de la campaña del multimillonario remarcó que esta razón fue suficiente para terminar el contrato con ProCom el lunes, antes de que la pieza periodística fuera publicada.
El sueldo de las mujeres que colaboran en este lugar es de 7.2 dólares la hora, informaron las autoridades de la prisión y este ingreso les permite tener acceso a ciertos bienes o enviarlo a sus familias.
Bloomberg es el dueño del consorcio de comunicación que lleva su apellido y cuenta con una fortuna valuada en 53.4 miles de millones de dólares y es el octavo multimillonario del país, de acuerdo a los datos de la revista Forbes.
Esta condición lo colocó como el opositor ideal de Donald Trump, según algunos analistas estadounidenses, ya que también amasó una gran fortuna con sus consorcios internacionales.
Su campaña está en el quinto lugar de las preferencias aunque aún no cuenta con la certificación necesaria para participar en los debates de las televisoras nacionales y bajó de sitio en la última encuesta.
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Aproximadamente invirtió 76 millones en anuncios transmitidos por televisión y ya contrató a al menos 200 personas para los 21 centros de campaña en distintos estados.
La noticia de su contrato con la empresa de llamadas surgió en medio de la pausa navideña que todos los candidatos acordaron tomar para iniciar poco después la campaña en Iowa, la cual tradicionalmente es una de las más significativas por un mito popular, que indica que el ganador en el estado será el ganador del puesto oficial como candidato o candidata demócrata.
