Hace exactamente dos años, el señor Alejandro Jurado dejó a su hija Paola a las puertas del Colegio Rébsamen. Se iba a llevar a cabo un macrosimulacro por los 32 años del sismo de 1985. “Obedece a tu maestra”, le recomendó a Paola el señor Jurado.

Se hizo el simulacro. Pero poco después vino un terremoto real. La ruta de evacuación señalada por el programa interno de protección civil del colegio pasaba bajo un edificio en el que se había llevado a cabo una construcción ilegal. Se habían levantado de manera irregular tres niveles más de los permitidos.

19 niños y siete adultos murieron. El colegio era una suma de permisos falsos y violaciones a los reglamentos vigentes.

Desde 2010 se había emitido una resolución administrativa que ordenaba que se le clausurara y que la obra fuera demolida. Había otras órdenes de clausura emitidas en los años 2011 y 2014.

Nunca fueron cumplidas. La delegación Tlalpan archivó el expediente en 2014.
Paola estuvo entre los niños que murieron aquella mañana. Su padre la identificó 16 horas más tarde, “por un moño azul, sus pulseras, sus zapatos y su cadenita”.

Desde ese día de hace dos años un grupo de padres se comenzó a preguntar por qué se habían hecho polvo las columnas. Cinco familias formaron una asociación: Ángeles contra la Impunidad. Tras el sismo que les arrebató a sus hijos intentaron obtener planos, licencias de construcción, constancias de uso de suelo y de seguridad estructural. En poco tiempo descubrieron que la corrupción, y una larga cadena de omisiones, habían asesinado a sus hijos.

Comenzaron una batalla en busca de justicia que les valió burlas, insultos y linchamientos en redes. El expediente que obtuvieron, denunciaron después, estaba incompleto: llegaba solo a 2014. Carecía de información sobre el periodo en que la delegación Tlalpan fue gobernada por la actual jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.

Era el principio de lo que venía. Dos años después de la tragedia, el señor Alejandro Jurado denuncia que la justicia se les ha negado a los padres de los niños, y a los familiares de los trabajadores que fallecieron aquel día.

Las dos únicas órdenes de aprehensión relacionadas con el Rébsamen han sido ejecutadas en contra de la dueña del colegio, Mónica García Villegas, y de Mario Velarde Gámez, director responsable de obra que validó la seguridad estructural del edificio.

A Velarde se le imputa el homicidio doloso de 26 personas. A García Villegas se le acusa de homicidio culposo, y se le sigue un proceso relacionado con los documentos que permitieron que indebidamente la escuela siguiera operando.

Pero la muerte de las 26 víctimas del Rébsamen no ha tocado aún a ningún funcionario. “Ni de Protección Civil, ni de la dirección Jurídica y de Gobierno de la delegación Tlalpan, ni de Seduvi, ni del Invea. Mucho menos a los exdelegados  que durante años cerraron los ojos ante el cúmulo de irregularidades, entre ellos, la actual jefa de gobierno. El colegio debía estar clausurado, no lo clausuraron y por eso murieron 19 niños y 7 adultos”, afirma el señor Jurado.

Según el despacho Fuentes León, que asesora jurídicamente a los padres, la jefa de gobierno, entre otras cosas, “tenía la responsabilidad de instalar el Consejo que vigilara el cumplimiento de las normas de Protección Civil, incluyendo los programas internos, y dicho Consejo nunca fue instalado”.

“Sin embargo —agrega la abogada Fernanda Fuentes— es evidente que ella no es la única autoridad que incurrió en una probable responsabilidad. Hay otras autoridades involucradas, a las que aún no se les ha asignado ninguna responsabilidad”.

“No es posible tomar a la ligera estas responsabilidades”, dice la señora Miriam Rodríguez Guise, madre del pequeño José Eduardo: uno de los niños que perdió la vida en el desplome de las estructuras.

“Tlalpan no estaba preparada para un sismo y tenía la obligación de estarlo”, agrega el señor Jurado.

Ahora, los padres de 19 niños han tenido que “volverse a reencontrar como familia”. “Ir al cine y pedir solo tres boletos y no cuatro. Ir a un restorán y vivir exactamente lo mismo. Saber que la risa y la felicidad de nuestros hijos no estará más en la casa. Aprender a vivir con el dolor y la ausencia”, dice Alejandro Jurado.

Dos años, 26 muertos, solo dos responsables. Saldos del Rébsamen.

@hdemauleon

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