“Los españoles tienen cierta inclinación al masoquismo histórico”

José María Aznar.

Qué pequeño se ve el presidente con su avión al fondo. Chiquito el hombre, grandote el capricho, una metáfora de la necedad, un retrato preciso de la farsa que nos hace, cada día, un poquito más precarios, un poquito más salvajes y un poquito más baratos.

México es la nación de los resquemores, nos gusta sentirnos jodidos, nos gusta sentirnos víctimas, nos gusta chillar y berrear tan fuerte que se nos olvida la causa. Somos un pueblo ignorante que ama, casi con lascivia, ser maltratado y ultrajado, adoramos a quien nos pega porque así cedemos el control, porque la culpa es de otro, somos un pueblo masoquista que se viene más fuerte mientras más estruendoso sea el engaño.

Y así, masoquistas e ignorantes, gozamos viendo cómo la Cuarta despoja la corrupción a través de la oclocracia y arranca el lujo grosero de un avión que tenía hasta “pantallitas” para ver películas y una sala y una regadera y no puede haber gobierno rico con pueblo pobre y bla, bla bla...

La verdad es que nuestro avión presidencial no es mucho más lujoso que otros aviones presidenciales, por ejemplo, el Boeing 747 del Rey Abdullah costó más 520 millones de dólares y es, verdaderamente, un palacio aéreo, incluso hay una fuente dentro de la nave, lujo indecible en cada milímetro.

El avión mexicano, en cambio, costó poco más de 218 millones de dólares, el dormitorio, una sala de reuniones, un comedor, baños de buen nivel, internet y sistemas de telecomunicaciones podrían ser sus “lujos”... Insisto, nuestro avión no está ni entre los más lujosos ni entre los más caros del mundo, pero el complejo presidencial que se aprovecha de la rabia popular marca otra cosa y se beneficia de la ignorancia.

Nuestro avión, para colmo, ni siquiera ha sido pagado en su totalidad, debemos poco menos de dos mil millones de pesos a Banobras bajo un estricto contrato que, seguramente, terminarán por violentar y el resultado será, otra vez, un golpe al erario, un pérdida más que se tapará con maromas que cuestan vidas.

¿Qué importa el erario?, ¿qué importa la aburrida economía con sus abstrusos números?, lo importante es que el presidente y sus complejos estarán satisfechos cuando, si lo logran, se venda la nave.

Sí, eso es lo más importante: la felicidad de López, la realidad sometida a su capricho... En eso veo más parecido a un jeque árabe que en el tema del mentado avión.

Ayer, el presidente más votado en la historia, no quiso hablar de la tragedia de la Covid ni tampoco del desastre que representa Hanna con sus miles de damnificados. Ayer, López pidió “respetuosamente” a los medios de comunicación solo preguntas del avión.

Y así, con todo somos cada vez un poquito peor, somos cada vez un poquito más baratos y somos cada vez un poquito más humillantes.

If you pay peanuts you get monkeys, pero eso sí: ¡puro chango honesto!

De Colofón.-

La historia juzgará al presidente más necio, al que se negó a usar cubrebocas, al que despreció la ciencia y prefirió construir circos antes que prestar atención a la tragedia. El juicio de la historia será muy duro, decenas de miles de familias le recriminarán por sus muertos.

@LuisCardenasMX

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