El presidente de Estados Unidos continúa golpeando.

 

Con el estilo que lo caracteriza, sigue sumando puntos electoreros a costa de México.

Aplica la táctica perversa de crear un enemigo externo para cohesionar al interior, para sumar a sus propios intereses.

Azuza y aglutina con el discurso de odio y miedo.

 

Este jueves lanzó uno de sus tuits venenosos: “México no está haciendo NADA para ayudar a detener el flujo de inmigrantes ilegales a nuestro país. Solo hablan y no actúan. Como Honduras, Guatemala y El Salvador han tomado nuestro dinero por años y no hacen nada. A los demócratas no les interesan esas MALAS leyes. Podría cerrar la frontera sur”.

La posición de López Obrador con el republicano, hasta el momento, es tersa, cuidadosa. De no confrontación con la visión de Donald Trump.

AMLO respondió que la migración se está atendiendo desde las causas. Que está trabajando en el sureste para que existan más empleos.

En los dichos, de poco sirvió aquella famosa cena con el yerno de Donald, Jared Kushner.

Quién sabe qué le comentó al suegro, pero no cesa de agredir.

Veremos si en los hechos invierten los 10 mil millones de dólares para Centroamérica y México.

Recordarán que el 20 de marzo, Andrés Manuel explicó que se reunió con Kushner en la residencia de Bernardo Gómez, de Televisa.

Informó a la prensa que abordaron el avance comercial y la inversión millonaria.

Las interrogantes surgieron:

 

¿El mandatario está facultado para tratar asuntos públicos en el ámbito privado?

¿El empresario Gómez es la vía para atender acuerdos bilaterales?

¿El Presidente de la República tiene que pactar con el esposo de la hija de su homólogo?

Si lo único que acordaron fue lo anunciado en el discurso oficial, el señor Jared podría quedar a deber.

Al igual que la amabilidad del ejecutivo de la televisora para interceder por la nación.

Y es que para eso están los miembros del gabinete, como el Secretario de Relaciones Exteriores.

La vía más transparente es la institucional.

 

El silencio o repliegue del canciller no es buen indicio.

 

Es necesario que asuma el rol que le corresponde.

 

Ayer lo hizo.

 

Cerca de cinco horas después del amenazante mensaje de Trump, Marcelo Ebrard reapareció.

Señaló que están trabajando con la autoridad de Estados Unidos para avanzar en la coexistencia de posturas distintas sobre migración. Que México actuará responsablemente a partir de su propia visión, expresada en el Pacto de Marrakech.

¡Vaya! Un pasito al frente, ante los embates del habitante de la Casa Blanca.

¿Andrés Manuel seguirá en la suavidad del respeto a Trump, cuando anoche incluso arremetió diciendo: “Nos dan a sus peores personas… Vamos a cerrar la maldita frontera”.

Razones y pasiones: Los fantasmas de Castilla y Tenochtitlan andan sueltos.

Expresiones racistas xenófobas se desataron en ambos lados del Atlántico.

La solicitud de perdón apuñaló la cicatriz.

 

Aquí estamos, 500 años después, esperando que los dioses de la historia iluminen a tanto gobernante en eterna campaña.

Y que cualquier reconocimiento de agravio y petición de disculpa esté acompañado de acción presente a favor de los derechos humanos.

Twitter: @elisaalanis
Facebook: Elisa-Alanís-Zurutuza

Google News