Aunque la iniciativa fue presionada por Estados Unidos y Canadá para intentar piso parejo en materia salarial, el nuevo gobierno le agregó elementos ajenos. Estamos hablando de garantizar la contratación de migrantes; de combatir la violencia de género en el ámbito laboral y transparentar los contratos colectivos.

El ordenamiento impide, en la carambola, que los demócratas abran un capítulo laboral en el documento final de la negociación del acuerdo mercantil entre nuestro país, Estados Unidos y Canadá, lo que alargaría al infinito su aprobación.

Aunque nuestras principales empresas exportadoras, sean automotrices, productoras de electrodomésticos o dispositivos médicos, pagan salarios superiores en 40 por ciento al promedio del país, el primer sector está muy lejos de cumplir el requisito exigida por el país del norte de ofrecer un mínimo de 16 dólares la hora a los trabajadores que ensamblen 40 por ciento de la producción.

En teoría, la presión de sindicatos independientes lograría el milagro.

Hace tres décadas, en la época en que la Confederación de Trabajadores de México presumía de darle al PRI 16 millones de votos, se realizó, a petición de los trabajadores, un recuento para decidir si se mantenía como tutor del contrato colectivo de trabaja a un sindicato afiliado a esa central, con el resultado de un muerto.

El problema es que, de la mano del senador Napoleón Gómez Urrutia se le abra la puerta a los sindicatos de Estados Unidos y Canadá.

Bajo la dictadura de las añejas confederaciones obreras y sus adalides, Luis N. Morones, Fidel Velázquez, Jesús Yurén, Leonardo Rodríguez Alcaine, se simulaba un escenario para una y otra reelección con un control estricto de asistentes a las asambleas, cuya votación se realizaba a mano alzada.

Naturalmente, la toma de nota por parte de la Secretaría del Trabajo estaba garantizada, a la par de las curules que saltaban de la Cámara de Diputados al Senado.

Dada la exigencia de afiliación sindical para acceder a una plaza, los sindicatos tenían en la cláusula de exclusión la llave mágica para frenar disidencias.

Alguna vez el presidente José López Portillo hablaba de empresarios ricos y empresas pobres. Se le olvidó decir que también había líderes millonarios y trabajadores en la miseria.

Bajo el nuevo marco se coloca en jaque la existencia de sindicatos blancos o de protección, desconocidos por los trabajadores, que actúan como comparsa para contratos colectivos leoninos.

Naturalmente, la entrada en vigor del ordenamiento provocará choques entre sindicatos tradicionales e independientes, con peligro de violencia.

Los estertores de la hidra.

Balance general. Será, finalmente, de 100 mil millones de pesos, tomados del Fondo de Estabilización de los Ingresos, el monto de la inyección a Pemex para apuntalar su programa de negocios, sin comprometer más deuda.

El traspaso se realiza esta misma semana.

En la fase previa, la calificadora de deuda Moody’s, quien había advertido que los recursos extraordinarios a la petrolera eran insuficientes para ponerla a flote, ahora señala que la inversión para la refinería de Dos Bocas debía canalizarse a la exploración y explotación.

La firma colocó en perspectiva de degradación la calidad crediticia de la empresa productiva del Estado.

Negocio ruinoso. Del dicho al hecho, hace mes y medio el jurídico de la Presidencia de la República colocó en la barandilla de la Fiscalía General de la República una denuncia para deslindar responsabilidades con relación a la compra por parte de Pemex de las plantas de fertilizantes Agronitrogenados y Fertinal.

La pesquisa apunta, sobre todo en el caso de la primera, a que se hubiera pactado a trasmano un sobreprecio, dado la situación ruinosa en que se encontraba, tras 11 años sin actividad.

La adquisición realizada en la época en que Emilio Lozoya era su director general, le ha provocado pérdidas multimillonarias a la empresa productiva del Estado.

Ésta creó una división para la explotación de las plantas.

Santander se españoliza. A bote pronto, el anuncio de la presidenta del banco Santander, Ana Botín, de que colocaría en la mesa una oferta con un capital máximo de 2 mil 560 millones euros para adquirir la participación minoritaria de nacionales en su filial en México provocó en repunte de 13 por ciento en el precio de sus acciones.

El monto en poder de inversionistas que participan en la Bolsa Mexicana de Valores es aproximadamente de 9 por ciento.

Estamos hablando de tenedores institucionales, es decir sociedades de inversión de capitales de las Afores y compañías de seguros.

La operación plantea canjear papeles de la matriz por los de la filial en México con una prima de 14 por ciento respecto a la cotización al cierre de la jornada del jueves.

Choque en Banxico. La presencia de dos integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México con una formación distinta a la del resto, está rompiendo la tradicional unanimidad con que se asumían las decisiones en materia de política monetaria, lo que representa aire fresco en las discusiones.

Estamos hablando de Jonathan Heath, con etiquetas de independiente, y Gerardo Esquivel, con formación en la UNAM.

Aunque ninguno de ellos está divorciado con la ortodoxia, sus puntos de vista representan posiciones menos rígidas.

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