Pese a que la tradición de Cuaresma poco a poco ha sido abandonada por los creyentes, una de las principales características que continúa latente en la actualidad, es la abstinencia de consumir carne, a razón de la preparación espiritual para la llegada de la Semana Santa.

En esta temporada las carnicerías, cocinas económicas y taquerías ven una disminución en sus ganancias, mientras algunos prefieren cerrar durante los días de guardar, o preparar platillos típicos de la temporada, otros se mantienen con la esperanza de que la creencia se enfoque a los actos propios de la carne del ser humano y no a los alimentos.

Ricardo Álvarez tiene toda su vida ayudando a su papá en su carnicería que se ubica en el centro de la ciudad de San Luis Potosí, relata que desde hace alrededor de cuatro años las tradiciones poco a poco han ido perdiendo fuerza y aunque sí es una época representativa para los potosinos en el consumo de ciertos alimentos, le atribuye la falta de consumo de carne a los costos que periódicamente se han ido incrementando.

Durante la cuaresma la venta de carnes disminuye alrededor de un 40 por ciento , las amas de casa que acuden a los mercados prefieren llevar mariscos, verduras y legumbres, con la finalidad de preparar mayor cantidad de platillos y porciones más grandes con la menor cantidad de dinero. “Pues nos baja como el 40 por ciento de las ventas, pero es también por los costos aunque no sean religiosos aprovechan la temporada y prefieren preparar cosas más baratas, si con veinte pesos compran una bolsa de nopales y de ahí comen toda una familia pues prefieren eso a pagar 120 pesos por un kilo de res”.

Las taquerías también ven disminuidas sus ventas, principalmente los jueves y viernes que son los días tradicionales de la abstinencia, previo a Semana Santa. El Güero, dueño de un tradicional puesto de tacos detalla que en este sector el consumo disminuye cerca de un 20 por ciento, pues sus ventas son matutinas y acuden principalmente clientes que están trabajando y acuden de manera “rapidita a echar un taco para empezar a trabajar”.

“Los clientes pues es que, hay de todo, si hay muchos que vienen diario a desayunar porque trabajan por aquí, y justo los días que no se come carne pues no vienen, pero hay de todo, hay otros que se quejan porque luego no se vende carne”, comentó.

Por lo contrario las pescaderías aprovechan la temporada para la venta de todo tipo de alimento de mar, los costos por la demanda incrementan, entre lo más buscado, filete, ceviche, mojarras y camarones; la mayoría de estos pueden superar los 150 pesos por kilo, dependiendo de la calidad.

vkc

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