Cada día que pasa es más preocupante la falta de capacitación y de capacidad en el arbitraje de nuestro futbol. En lugar de corregir, jornada tras jornada, esto parece ir en retroceso.

No puede ser que un exárbitro, como Arturo Brizio, no se dé cuenta del grave problema que hoy se tiene con sus silbantes.

Cada semana perjudican a algún club por sus tonterías, y no se trata de defender a unos o culpar a otros, pero lo que es un hecho es que en una Liguilla esto no se puede permitir.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar el fracaso de Pumas y Chivas, una vez más, porque está claro que en ambas instituciones los menos culpables son los futbolistas y sus cuerpos técnicos.

Si bien es cierto que Bruno Marioni no tenía ningún mérito para llegar a dirigir al cuadro universitario, hoy está claro que la decisión de haberlo llevado fue de Ares de Parga, quien ha demostrado que de este deporte no sabe un carajo y que se tendría que hacer a un lado, porque lo único que ha hecho en los últimos torneos es el ridículo; por ejemplo, al no entender que su equipo había sido goleado por el América, por su plantel tan corto, y que en lugar de reforzarlo, decidió quedarse con el poco material humano que había.

Y en Chivas sucede algo similar con Tomás Boy, quien fue llevado para intentar salvar algo del pésimo torneo y, en dos partidos, no ha podido cambiarle la cara a esta escuadra, que muestra que la presión con la que han cargado la lleva a cometer errores infantiles, que se han traducido en goles en contra.

Es curioso que hoy que las cosas marchan peor que nunca, el gran twittero de México, José Luis Higuera, no asome la cabeza para hablar del momento que vive su club.

@Gusocalderon

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