La Bella Durmiente despierta por un momento del hechizo que la ha condenado a dormir durante 100 años y se entera que ese gran deseo de seguir durmiendo se le quitará sólo si un príncipe le da un beso de amor. No lo puede creer y cuestiona cómo fue posible que una hada sea tan desgraciada y maldita para hacer una locura así, pero tampoco puede creer que esté rodeada de inútiles que no pudieron o no quisieron hacer nada para impedirlo. Se resiste a su destino y cuestiona desde la insolencia y advierte desde la rebeldía que si ha de necesitar de un beso, que sea de los ricos.

Así empieza la nueva novela del escritor Élmer Mendoza, No todos los besos son iguales (Alfaguara, 2018), acaso su libro más raro, en el que se percibe un rigor y experimentación de lenguaje, pero sobre todo un divertimento.

“Me divertí mucho, la experiencia de escribir este libro fue muy lúdica y grata. Al principio no encontraba la manera de hacerla, cuando la encontré me fue muy bien. Es posible que se trate de un libro raro, sobre todo para quienes han leído mi obra anterior, mi literatura tiene una carta muy sólida y esto es otra cosa, pero al final formará parte de todo lo que he hecho. Espero que quienes la lean la disfruten tanto como yo disfruté escribirla”.

La Bella Dumiente de Mendoza vive en el reino de Mey y al cuarto año de su soporífera existencia logra una vulnerable vigilia para buscar al que habrá de besarla para despertarla a ella y a todos los habitantes. En esta reinterpretación el reconocido escritor presenta hadas en aprietos, espadachines trotamundos, aves fénix, dominatrices, reyes y otros seres del universo fantásticamente real; pero sobre todo hay una mujer contemporánea, empoderada y con anhelos.

“Las mujeres exitosas de nuestro tiempo son así, son mujeres capaces de tomar su destino en sus manos. Creo que es una historia que tiene que ver con el amor, pero lo que me pregunto es hasta dónde puede ser determinante el amor en la historia de una mujer, pero también en la historia de los varones. Lo que planteo es que la Bella Durmiente no debe depender completamente del amor, ella necesita de un beso amoroso para despertar, ¿pero hasta dónde tiene que depender de eso? Así que ella dice cosas como ‘sí, denme un beso, pero de los ricos, por qué me tienen que dar uno de amor’. Es una mujer que ha tomado conciencia del significado del amor y creo que así son las mujeres contemporáneas. Las jóvenes están obligadas a tomar el control de su destino con más prontitud que antes, no importa si son princesas, gobernantes, diputadas o periodistas”, dice en entrevista.

Élmer Mendoza, de visita en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, también se da tiempo para reflexionar sobre el cambio de gobierno y ante el entusiasmo y la denostación advierte la necesidad de apelar a la mesura, a la paciencia y a la vigilancia.

“Lo que he visto no me da buenas señales, creo que hay una carga de soberbia en muchas declaraciones y eso no me parece. Está muy bien que haya un partido que arrasó en las elecciones, pero lo que deben hacer ahora es ponerse a trabajar de verdad, sin soberbia, sin usar mecanismos que generan desconfianzas, como las consultas que tienen que ver con cosas tan importantes para el país. Las cosas no me han generado buena espina pero me mantengo abierto a ver qué pasa. Creo que todos debemos contribuir con lo que viene y ellos tienen que entender que gobiernan para todos, no sólo para sus votantes”, opina el escritor .

Y agrega: “Hay que mirar con mesura y paciencia porque para hacer cosas se necesitan recursos y han propuesto proyectos que requieren inversiones descomunales. Hasta donde se puede percibir hay desconfianza en el mundo de los inversionistas. Por ejemplo, lo del aeropuerto fue impactante; en las giras que he hecho fuera del país me he dado cuenta de que la gente habla sobre el aeropuerto, me sorprende mucho. A mí me preguntan por qué se canceló, y no sé cómo explicar eso, por eso soy novelista, no político. Vamos a empezar después de un gran fracaso estrepitoso, podemos confiar en lo que viene pero debemos mantenernos alertas. Mi temor es que debido a que es un presidente muy popular, perdamos perspectiva”.

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