Hace 79 años, una mujer judía llamada Lilly Cassirer entregó a los nazis un cuadro de incalculable valor de Camille Pissarro perteneciente a su familia a cambio de una salida segura de Alemania durante el Holocausto.
El martes, su bisnieto entrará a una corte estadounidense para la última ronda de una batalla de casi 20 años para recuperarla.
Tras años de apelaciones tanto por los descendientes de Lilly Cassirer como por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en España, donde permanece desde hace un cuarto de siglo, un juicio para decidir quién es su dueño legítimo está programado ante el juez federal de distrito John F. Walter.
Ninguna de las partes refuta que Cassirer le haya entregado la pintura a los nazis en 1939 a cambio de una salida segura para ella, su esposo y su nieto.
Pero el museo madrileño ha argumentado que Cassirer perdió sus derechos de propiedad cuando aceptó 13 mil dólares de Alemania en 1958, luego que el gobierno alemán concluyó que la pintura estaba perdida para siempre. El museo también argumentó que adquirió la obra de buena fe y que nunca trató de esconderla.
"No hay dudas sobre la historia completa de la pintura. La corte examinó toda la evidencia y determinó que el museo es el dueño legítimo", dijo el abogado del Thyssen-Bornemisza en Estados Unidos, Thaddeus J. Stauber, a The Associated Press en 2016 luego que Walter desestimara inicialmente el caso.
La familia Cassirer apeló con éxito el año pasado y la demanda fue remitida nuevamente a Walter para un juicio.
El abogado de la familia, David Boies, dice que el asunto ahora se reduce a que España haga lo correcto y entregue la pintura.
"Es inusual que una democracia liberal moderna trate de mantener arte saqueado por los nazis”, dijo el lunes mientras se preparaba para el juicio. "Todos los demás países civilizados del mundo están comprometidos a devolver arte saqueado por los nazis a sus dueños legítimos".
La pintura, "Rue St.-Honore, Apres-Midi, Effet de Pluie", ha sido valorada en 30 millones de dólares o más.
Pissarro creó el deslumbrante óleo sobre lienzo de una calle lluviosa en París que vio por la ventana de un cuarto de hotel en 1897. Su título quiere decir "Calle Saint-Honoré por la tarde, efecto de lluvia".
El suegro de Lilly Cassirer se la compró directamente al marchante de Pissarro y se la dejó a ella y su marido al morir.
Por más de 70 años su familia la creyó perdida. Entonces, en 1999, un amigo del nieto de Cassirer, Claude, quien había huido de Alemania con ella, vio una foto del cuadro en un catálogo y lo contactó.
"Estaba completamente pasmado porque pensó que la pintura estaba perdida", dijo el hijo de Claude Cassirer, David Cassirer, de San Diego, a The Associated Press en el 2016.
Resultó que la obra fue vendida y revendida varias veces antes de que el barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza, uno de los coleccionistas de arte más prominentes del siglo XX, la comprara al dueño de una galería en Nueva York, Stephen Hahn, en 1976.
Thyssen-Bornemisza, quien murió en el 2002, vendió a España en 1993 ésta y otras cientos de obras que ahora integran el cartel principal del museo que lleva su nombre.