El proyecto de trasladar un museo de la salchicha a un anexo del ex campo de concentración nazi de Buchenwald fue anulado tras las protestas de la comunidad judía alemana, que este martes manifestó su alivio.
"Me alegra que se haya decidido en forma consensual buscar un nuevo lugar para ese museo", dijo este martes Josef Schuster, presidente del Concejo Central de Judíos de Alemania, que había encabezado la protesta contra el proyecto.
La municipalidad de Muhlhausen, donde se encontraba el campo nazi, cedió finalmente a la presión del gobierno regional de Turingia, que se oponía al proyecto.
El encargado de la lucha contra el antisemitismo en Turingia, Benjamin-Immanuel Hoff, había calificado de "totalmente irresponsable" la actitud de la municipalidad de Muhlausen.
El Museo del Bratwurst, situado hasta ahora en Arnstadt, otra ciudad de Turingia, publicó un comunicado disculpándose ante todos aquellos que percibieron en la elección del lugar "una minimización o relativización de los crímenes nazis".
En el mismo comunicado, la dirección del museo lamenta no haber sido informada "antes" de la historia del lugar.
En esa dependencia, satélite del campo de concentración de Buchenwald, estuvieron a partir de septiembre de 1944 unas 700 mujeres, judías polacas y húngaras provenientes del campo de exterminio de Auschwitz (Polonia), para trabajar en una fábrica de armas.
El campo cerró en febrero de 1945 y las mujeres fueron destinadas a otros campos, a los cuales debían ir caminando, en lo que más tarde se conoció como las "marchas de la muerte".
La fábrica de armas se encontraba a menos de tres kilómetros del sitio elegido por el museo.
En ese sitio existen placas conmemorativas de su trágica historia.