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Leonardo Da Vinci comenzó a pintar la Mona Lisa en 1503, probablemente, sin saber que aquel retrato se convertiría en la obra cumbre de su legado. Millones de reproducciones, copias, parodias, adaptaciones; inspiradora de películas, novelas, series y cuanto producto de consumo exista. El cuadro permanece hasta la fecha como una de las imágenes más reconocidas en el mundo entero, y es que hay algo en la mirada de aquella mujer, que ha atraído la atención de las masas desde hace cinco siglos.
Recientemente un grupo de médicos se dedicó a examinar visual e históricamente el cuadro, con el fin de levantar hipótesis sobre el estado de salud de quien se cree es la mujer retratada en él: Lisa Gherardini, la esposa del mercader de seda florentino Francesco Giocondo.
El grupo es integrado por Mandeep R. Mehra y Hilary R. Campbell -de las universidades de Harvard y California, respectivamente-, quienes tras un acucioso examen, concluyeron que la Mona Lisa habría sufrido hipotiroidismo posparto.
Los antecedentes históricos indican que meses antes de ser retratada, Lisa Gherardini había dado a luz a su hijo Andrea. "Es posible que antes o después del parto haya sufrido una presentación subclínica de tiroiditis, con una manifestación inicial de hipertiroidismo, que finalmente derivó a una fase crónica de hipotiroidismo", señalan.
La característica más notoria para sostener esta hipótesis sería la notoria hinchazón del cuello, lo que los médicos habrían interpretado como bocio, una enfermedad asociada al crecimiento de la glándula tiroides, que responde a la falta de yodo, entre otros factores. Según Mehra y Campbell, esta teoría es consistente con la dieta florentina de la época, basada en cereales, tubérculos y legumbres, y muy pobre en fuentes de yodo como pescados y mariscos.
Entre los demás signos que se pueden observar en el cuadro está la "decoloración amarillenta de la piel", que ocurre en el hipertiroidismo debido a un déficit del hígado. Además, ambos especialistas reparan en que la amplia frente de la Mona Lisa también sería una manifestación del desorden hormonal. "Una completa falta de cejas y otras vellosidades apoyan el diagnóstico", sostienen.
Finalmente, los expertos se detuvieron en la enigmática sonrisa de la Mona Lisa. ¿Triste o feliz? Mahler y Campbell creen más bien que la mujer está severamente afectada, ya que, el hipotiroidismo avanzado, explican, puede acompañarse de un retardo psicomotor y debilidad muscular, las que podrían haber dificultado una sonrisa más animada.