50 años del Movimiento Estudiantil de 1968, es importante rescatar microhistorias, a fin de tener conciencia social e historia, pues un pueblo que no tiene estos elementos, no tiene futuro, consideró el escritor Greco Hernández.

Entrevistado previo a la presentación de su libro La noche interminable. Tlatelolco 2/10/68 en una librería de Coyoacán, al sur de esta ciudad, el también biomédico refirió que mucha gente que vivió en aquella época, ya falleció, por lo que ‘armo una microhistoria’ contada por la gente del pueblo y no por dirigentes ni personajes del gobierno.

El texto publicado por Siglo XXI Editores, aborda lo acontecido la tarde del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco; se trata de una serie de relatos contados a ras de piso, alejado de líderes y protagonistas reconocidos.

“El libro es un testimonio de lo que vivió mi familia en 1968, un testimonio escrito por mis hermanos mayores porque yo era muy pequeño y no viví ese movimiento. Mi hermano mayor participó de manera directa, era un activista, mis padres también y se involucraron en el movimiento”, dijo el autor a Notimex.

El libro de Greco Hernández Ramírez recrea todo el ambiente íntimo de su propia familia; la narración, hecha con un tono lleno de viveza, muestra cómo una familia humilde pudo involucrarse en los acontecimientos y de qué manera vivió esa tragedia. Es un testimonio insustituible, realizado con pasión e inteligencia.

Refirió que fue su hermano mayor, quien sobrevivió a este acontecimiento que marcó la vida social de aquel México de finales de la década de los 60.

“Mi hermano fue uno de los personajes que asistió a la explanada del 2 de octubre en Tlatelolco, sobrevivió a la balacera dentro de Tlatelolco y a él se lo llevaron a Santa Martha Acatitla. Otros más a Lecumberri y Campo Militar.

“Estuvo como preso político 10 días y la idea de este libro, es un poco dar a conocer este testimonio de alguien que vivió la masacre en primera persona y como impacta en una familia común”, dijo.

Entre los relatos reales, el autor retoma tres aspectos: el primero la militancia y cómo vive mi hermano la balacera y movimientos; el segundo, el paisaje urbano, el léxico de aquella época, y el tercero, consiste en cómo se vivió al interior de la familia.

Mencionó que, si bien el gobierno ya ha dicho mucho y escrito sobre el tema, al igual que dirigentes del Consejo General de Huelga, ‘poco se sabe de la gente, de los militantes que no tenían rostro y ni nombre’.

“Se trata de un ángulo diferente poco explorado contando historias de gente”, indicó el escritor para quien el texto, brinda el aporte de una versión contada por una familia humilde que vivía en Tepito.

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