Si le dices a un mexicano "Nos vemos en el zócalo", seguramente no tendrá ninguna duda de dónde encontrarte.

En México esa palabra, "zócalo", es un sustantivo tan exacto que incluso forma parte de las acepciones del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) por su uso tan común en ese país.

"Plaza principal de una ciudad, especialmente la del Distrito Federal", dice la RAE con cierta descontextualización, pues hace unos años la capital mexicana dejó de llamarse así y pasó a ser Ciudad de México (CDMX).

Su Plaza de la Constitución es considerado el corazón político y cultural del país desde tiempos de la cultura prehispánica, y ha sido epicentro de momentos clave.

Muchos la llaman simplemente El Zócalo, nombre coloquial que surgió a raíz de un proyecto arquitectónico sin terminar.

El sobrenombre después se fue haciendo de uso común más allá de la capital.

El Ejército de las Tres Garantías entró triunfante a Ciudad de México y celebró en el Zócalo la Independencia de México en 1821.

Un zócalo en arquitectura es un basamento, una estructura que sirve como cuerpo o borde inferior de una obra o como pedestal para erigir alguna construcción.

En una de las presidencias de Antonio López de Santa Anna, quien ejerció el gobierno México electo o de facto entre 1833 y 1855, el mandatario ordenó en 1843 la construcción de un monumento a la Independencia en el corazón de la capital.

El mercado El Parián, que se ubicaba en lo que hoy es la plaza y cuyos orígenes se remontaban a un mercado de los indígenas mexicas, fue derribado para que ahí se levantara la obra del arquitecto Lorenzo de Hidalga.

El proyecto del arquitecto Hidalga era erigir una columna como monumento a la Independencia de México.

Pero los problemas económicos, políticos y la invasión de Estados Unidos a México en 1845 provocaron el abandono de la obra.

Solo se pudo edificar la base circular, el zócalo, de ocho metros de diámetro y casi 30 cm de altura.

El proyecto quedó bajo tierra y en ese gran espacio se convirtió en la plaza de grandes dimensiones, con diseños de distintas épocas que existe hoy.

En 2017, luego de 174 años, Meraz y un grupo de colegas INAH encontraron aquella base.

La plaza fue rebautizada popularmente como Zócalo dado que en el lugar quedó expuesto el basamento durante varios años.

¿Plaza de cuál Constitución?

No es casualidad que el trazado urbano de muchas ciudades y pueblos de México parta desde un espacio central en el que hay una plaza flanqueada por un palacio de gobierno y una iglesia.

Así fue ordenado en las Leyes de Indias promulgadas en la década de 1570 bajo el reinado de Felipe II, que dieron un ordenamiento jurídico a los virreinatos y territorios españoles en América.

La plaza principal de Ciudad de México respeta ese diseño urbano antiguo hasta hoy en día, con el Palacio Nacional (de 1522) como sede del poder Ejecutivo federal, el Palacio del Ayuntamiento (1532) del gobierno local, y la Catedral Metropolitana (1571).

...o para disfrutar de exposiciones o eventos culturales temporales.

Fue nombrada así cuando la Constitución de Cádiz española, promulgada en 1812, fue ratificada en la capital de la entonces Nueva España un año después.

Los otros "zócalos"

Muchas ciudades y pueblos de México diseñados bajo el trazado urbano colonial también tienen una plaza central, algunas veces llamadas "plaza de armas", o también "zócalo".

Eso se debe a la influencia que ha tenido Ciudad de México como modelo a seguir.

El zócalo de la ciudad de Oaxaca, el del puerto de Acapulco, o de la ciudad colonial de Querétaro, son algunos ejemplos de cómo ese término se quedó en el vocabulario mexicano como sinónimo de plaza.

Querétaro, una de las primeras ciudades fundadas por españoles, tiene una plaza de armas o zócalo.

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