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El escritor Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972) expresó su alegría por las declaraciones de Ignacio Taibo II, quien está al frente del Fondo de Cultura Económica (FCE), respecto a que “la mejor ciencia ficción vendrá al Fondo”.
En entrevista con Notimex, Esquinca subrayó: “Me parece una decisión acertada. Taibo habla de ciencia ficción y de la novela policiaca que tendrán sitio en la Colección Popular del FCE; es bueno, porque esa serie es accesible a todos los bolsillos, por ser económica”.
Insistió que el anuncio del escritor nacido en España y nacionalizado mexicano es “sensacional”, y elevó la voz para plantear y pedir que en ese plan se incluya a la literatura de terror, género de enorme aceptación entre los lectores de todo el mundo.
Recordó que Taibo II, cuyo cargo como titular de la Dirección del FCE fue aprobado este jueves en la Cámara de Diputados, mencionó que todavía hay quien piensa que la ciencia ficción y la novela policíaca son géneros menores, pensamiento que rechazó tajantemente. “De la misma manera, yo rechazo esa idea, porque ambos son grandes géneros, y no menores”.
Bernardo Esquinca hizo propicia la ocasión para solicitarle al escritor, desde este espacio, que en sus líneas de acción incluya el apoyo, la promoción y la distribución a todo escrito y texto inscrito en el género de terror, porque también entra en esa definición.
“Hablando de literatura, generalmente, el terror va de la mano de lo policiaco y de la ciencia ficción, además de la fantasía, géneros que se han menospreciado históricamente en este país por la academia y por la crítica; le pido que no se olvide del terror”, enfatizó.
Esquinca autor de Belleza roja, libro publicado por el FCE, novela en la que dos historias se trenzan hasta desembocar en un clímax siniestro, cercano a la exploración apocalíptica. Ahí late la pregunta: ¿A qué está usted dispuesto a cambio de una tajada de lo sublime?
Igualmente, “Los escritores invisibles”, donde refiere que los que nunca han publicado, son los que se han salvado del gran limbo de los estantes de librería. Todos los demás son elementos sacrificables que alimentan los flujos de dinero de las grandes editoriales, dice.