Malinche, la intérprete indígena de Hernán Cortés, fue fundamental en la conquista del imperio mexica pues fue quien concretó, siguiendo su propia agenda, las alianzas que llevaron a la caída de Tenochtitlan en 1521.
Según afirmó este miércoles la historiadora mexicana Berenice Alcántara en su ponencia "Traductores y mediadores culturales en la Conquista de México", en las narrativas sobre la conquista española suelen quedar fuera "ciertos hombres y mujeres que actuaron como mediadores culturales".
Estas personas, señaló la doctora en estudios mesoamericanos y catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), "hicieron posible la comunicación entre mundos que en un principio no tenían la menor idea uno del otro".
Indicó que "en todos los encuentros entre pueblos y sociedades distintos han existido agentes que por necesidad, casualidad o convicción han aprendido la lengua del otro y han operado como intermediarios entre grupos y sociedades en contacto".
De esta manera, estas personas permitieron "inclinar la balanza en favor de unos u otros".
En el caso concreto de México, refirió que en un principio estos intérpretes fueron indígenas cautivos y europeos náufragos, a los que siguieron "nativos cultos, bilingües o políglotas, conocedores de las costumbres y culturas locales".
Estos nativos "tomaron la decisión de colaborar con los conquistadores, en los que incluiremos no solo a los españoles sino también a los muchos pueblos indígenas que utilizaron la llegada de los extraños extranjeros en su beneficio", refirió.
La también investigadora de la UNAM señaló que el caso más conocido es el de Malinalli, llamada después Malintzin y bautizada por los españoles como Marina.
Malinalli era una joven de clase alta procedente de la parte sur del actual estado de Veracruz, una zona limítrofe entre los territorios de habla náhuatl, su lengua natal, y el espacio cultural maya.
De acuerdo con los historiadores, cuando la "Malinche" era muy joven su padre murió.
Su madre se casó nuevamente y tuvo un hijo con su nuevo marido, por lo que Malinalli se convirtió en un estorbo. Por eso al parecer fue vendida a unos comerciantes y terminó como esclava en manos del gobernante maya Tabscoob.
Este a su vez la entregó como tributo a Cortés después de la batalla de Centla, la primera escaramuza del conquistador español con los indígenas, ocurrida en 1519 en lo que hoy es el estado surorioental de Tabasco.
Hasta donde se sabe, "fue por su propia voluntad que esta mujer (...) se hizo notar ante Cortés una vez que comenzaron a salir a su encuentro emisarios de distintos señores del centro de México, y particularmente del mismísimo (emperador mexica) Moctezuma", dijo Alcántara.
"Marina no tenía ningún motivo para haber hecho esto si no hubiera querido", enfatizó.
Marina, con la intermediación de Jeróniomo de Aguilar, quien hablaba náhuatl y castellano, "comenzó a interpretar para Cortés, y a diferencia de los traductores que la precedieron, fue capaz de dar al conquistador información estratégica" sobre las relaciones entre los distintos pueblos y las minucias de la diplomacia local, añadió.
"Los enemigos de Cortés eran los enemigos de Marina", sostuvo.
Explicó que "gracias a su inteligencia y a sus conocimientos sobre el arte de la palabra, y en particular el habla elegante y rebuscada empleada por los nobles nahuas (de habla náhuatl), fue capaz de controlar las diferencias culturales entre los españoles y los muchos pueblos mesoameriocanos"
Con ello consiguió "que varios señores locales se percataran de que tenían los mismos intereses que los recién llegados y se aliaran con ellos".
En el día a día, expuso, Marina fue la que indicó a los españoles con qué pueblos debían aliarse y con cuáles no.
"Ella fue la que medió y consiguió la gran mayoría de las alianzas entre los españoles y muchos pueblos indígenas", precisó la experta.
Experta en lenguas y en diplomacia, "Marina logró unir los intereses de unos y otros (...) hasta conformar un magno contingente de miles y miles de personas integradas por los seguidores de Cortés y por los ejércitos de decenas de pueblos indígenas, quienes no obedecían al capitán sino a sus propios jefes militares", manifestó.
"Ella fue quien logró concertar las alianzas que llevaron a los ejércitos indígenas, acompañados de sus señores, a participar en esta conflagración en contra de los tenochcas (mexicas). Sin su intervención no hubieran sido posibles estas alianzas, y sin haber existido estas alianzas no hubiera sido posible que se conquista de Tenochtitlan", concluyó.
La UNAM realiza del 20 de marzo al 12 de junio el ciclo de conferencias "1519. El encuentro de dos mundos" para conmemorar el quinto centenario de la flota de Cortés al continente americano.