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Las obras de consolidación para reconstruir la catedral de Notre Dame de París se reanudaron este lunes, tras haber sido interrumpidas por un riesgo de contaminación con plomo.
El monumento histórico, el segundo más visitado de Europa, quedó parcialmente destruido a raíz de un incendio el 15 de abril.
"Las obras se reanudaron a las 8:00 este lunes con unos 50 obreros como máximo", indicó el ministerio de Cultura contactado por la AFP.
La Inspección de Trabajo había dado luz verde a que se retomaran las obras suspendidas el 25 de julio tras haberse asegurado de que se habían instalado las medidas de seguridad necesarias, incluidos pediluvios, duchas, vestimenta especial y un estricto protocolo de entrada y salida del lugar.
El ingreso a la obra se realiza por una única entrada y es obligatorio pasar por una unidad de descontaminación. Todas las personas que penetran en el lugar deben desnudarse y vestirse de nuevo con ropa desechable.
El objetivo es garantizar la seguridad del personal que trabaja en la catedral e impedir la dispersión de polvo de plomo fuera de la obra, protegida herméticamente.
Estos trabajos están destinados a consolidar el edificio, evitando a la vez la caída de piedras o cualquier desequilibrio que pudiera dañar la estructura gótica.
Las obras de restauración propiamente dichas empezarán a partir del primer semestre de 2020.
La semana pasada, el ministerio de Cultura juzgó de "necesidad imperiosa" la reanudación de las obras, advirtiendo de un riesgo de derrumbe de la catedral.
"El edificio sigue siendo objeto de un decreto de peligro (...) y muy recientemente cayeron otras piedras de la bóveda, tras el episodio de canícula" de julio, según el ministerio.
En concreto, se debe reconstruir la aguja - uno de los símbolos de París - , el techo y la armadura de madera y el 15% de la bóveda del monumento, que el año pasado recibió 12 millones de visitantes.
Riesgo para los niños
El incendio del 15 de abril hizo fundir varios centenares de toneladas de plomo, de las cuales una parte se evaporó en partículas tanto en la atmosfera como en el suelo.
Desde el siniestro, se detectaron índices elevados de concentración de plomo, al cual los niños son especialmente sensibles.
Una exposición crónica a niveles altos de plomo, ya sea por inhalación o por ingestión, puede provocar trastornos digestivos, alterar el funcionamiento de los riñones, lesionar el sistema nervioso o incluso suscitar anomalías a nivel reproductivo.
El 13 de agosto, las autoridades llevaron a cabo una descontaminación de los suelos alrededor de la catedral, situada en el centro de la capital, junto al Sena.
La asociación francesa Robin des Bois acudió a fines de julio ante la justicia reprochando a las autoridades francesas no haber confinado a los vecinos, así como una falta de información sobre las consecuencias tóxicas del incendio. La denuncia estaba siendo analizada a mediados de agosto por la fiscalía de París, según una fuente judicial.