La dramaturga, crítica teatral y antropóloga mexicana Estela Leñero está acusada de plagio por la escritora y periodista Ana Luisa Calvillo, quien afirma que para su obra No volveré, Leñero plagió el 80% de su libro Me decían mexicano frijolero, que es el testimonio de Roberto Rangel, un migrante mexicano originario de Michoacán que enfrenta una condena de 57 años en la prisión de máxima seguridad de Soledad, California, por homicidio en primer grado: un crimen que no cometió.
Calvillo tiene 20 cuartillas de material cotejado y evaluaciones, entre su libro —con el que ganó el Premio Bellas Artes de Testimonio “Carlos Montemayor” en 2013—, y la obra No volveré que Estela Leñero presentó entre el 1 y el 11 de agosto pasado en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz de la UNAM, dentro del ciclo Movimiento Teatro por la dignidad, con presupuesto de la UNAM y cuyo cartel señala que Leñero es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Fonca. 2016-2019.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Ana Luisa Calvillo quien radica en Chihuahua, señala que unos 12 días después de que terminó la temporada, Estela Leñero se comunicó con ella vía WhatsApp y tras una breve comunicación, “me aseguró que su obra no hablaba de Roberto Rangel, que no hablaba del caso; entonces le dije que tenía entendido que había tomado una parte de mi obra, y ella lo admitió sin cortapisas, entonces todo se me hizo muy extraño. Le pedí una copia de su texto dramático y me lo negó”.
Ana Luisa Calvillo hizo una selección de fragmentos en la que muestra cómo hay contenidos que son iguales.
Aún sin la obra dramática, Calvillo ha reunido material visual sobre el que sustenta el cotejo con su obra y que califica de un “plagio muy burdo”. Afirma: “No sé por qué lo hizo, pero yo lo veo como una calamidad, es ‘una intención creativa’ que no respetó a la persona real, su testimonio, no respetó mis derechos de autora, no respetó a las autoridades culturales de teatro; no sé qué nombre tenga eso o desde qué dignidad esté hablando Estela Leñero”.
Ana Luisa Calvillo asegura que lo que Estela Leñero escribió “no es una adaptación de la obra sin autorización —que habría sido otro escenario—, lo que vemos es el plagio textual de 80 páginas. No es un plagio inocente, no es algo que hagan los duendes de la imprenta, son 80 páginas, más la contraportada. Es muy burdo todo”.
Calvillo envió la carta de denuncia de plagio a la UNAM, a la Coordinación Nacional de Literatura, a los miembros del Movimiento Teatro por la Dignidad y a todo el elenco de la puesta en escena. De ninguno ha recibido una respuesta oficial.
El libro de Calvillo es el testimonio de Roberto Rangel, producto de conversaciones que sostiene con él desde 2010, y de la revisión de sus apuntes, de más de 900 páginas, un caso que en 2012 fue presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington. En 2013 la obra obtuvo el Premio Bellas Artes de Testimonio Carlos Montemayor y fue registrada ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor, con número 03-2014-013112182401-01, y en 2015 la publicó Ficticia Editorial.
No volveré, de Estela Leñero, cuenta la historia de “Aurelio”, un migrante mexicano, originario de Michoacán, que abusó sexualmente de su hermana y que en Estados Unidos fue obligado a trabajar como informante de policía por un oficial de la “agencia antidrogas” de Fresno, California, y a vender la droga decomisada por la propia agencia. Para Calvillo lo que hizo Leñero fue tomar el testimonio de Roberto Rangel y maquillarlo con situaciones ficticias, “pero basándose sustancial y textualmente en mi obra. Con ello, hace una “reproducción simulada” de mi obra en la suya al adueñarse de la historia y texto”.
En su defensa. EL UNIVERSAL conversó con Estela Leñero; la dramaturga rechazó las afirmaciones de Calvillo. “De ninguna manera mi obra de teatro No volveré es un plagio. Mi obra consiste en un personaje que no es el personaje del testimonio de Ana Luisa Calvillo, que es un personaje real, mi personaje es un personaje de ficción y este personaje de ficción donde sí tuve toda una investigación documental, testimonial y de campo, porque me fui a Michoacán. De ninguna manera es un 80% de plagio. Ni siquiera en este cotejo alcanzan 15 frases que ella podría decir que son como su libro”.
La creadora se defiende: “Mi personaje a diferencia de su personaje real, es un personaje que cruza la frontera, entra a la cárcel, sale de la cárcel y regresa a su casa. En el momento en que mi personaje tiene una trayectoria diferente y un contexto diferente no tiene que ver con su libro, su libro trata de un testimonio real de un hombre con nombre y apellido y mi obra trata de cinco personajes, mi obra trata de una familia, esa es una de las diferencias fundamentales”.
Sin embargo, en la conversación vía WhatsApp con Calvillo, Leñero le dijo: “Tu libro me ayudó mucho a construir uno de los personajes que aparecen ahí”, refiriéndose a su obra No volveré. En la entrevista niega que haya tomado el caso de Roberto Rangel, pero reconoce que conoce el caso, lo revisó, le ayudó y hasta consultó documentos que son públicos del caso de Rangel, cuyo proceso sigue abierto.
“No volveré es una obra de teatro original, eso lo seguiré insistiendo, y siento que el tono y las afirmaciones que ella afirma no corresponden... yo pienso que las afirmaciones de Ana Luisa Calvillo son falsas e inexactas y que su intención es desprestigiarme y ganar notoriedad. Yo rechazo rotundamente sus acusaciones, afirmo que la obra No volveré es de mi autoría, que la escribí para este ciclo, que consulté libros y que, como lo expresé, uno de esos libros fue el suyo, pero que lo que yo escribí se aleja de la trayectoria y la historia de su personaje real y que ahorita está sentenciado a 57 años de prisión”, señala Leñero.
Niega que haya semejanzas en los diálogos del cotejo que está en poder de EL UNIVERSAL y dice que no, que esas 15 frases no significan nada, que cómo puede haber un cotejo de 20 cuartillas cuando su texto dramático sólo tiene 30 cuartillas. Se le pidió a Leñero una copia de su texto, que, dijo, está registrado ante Indautor, pero se negó a enviarlo porque “es una obra en proceso”, como es el teatro, que ha retrabajado varias veces y que ahora mismo volverá a trabajar.
No acepta tampoco la acusación de Calvillo por “daño moral” porque revictimizó a Roberto Rangel, pues Leñero le adjudicó a su personaje principal el delito de violación incestuosa contra su hermana. Leñero dice: “Ese es el malentendido, ese delito no le corresponde al personaje real sino a mi personaje, que es ficticio”, se defiende Leñero.