Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron restos de un temazcal del siglo XIV en el número 24 de la calle Talavera cerca de La Merced, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En el predio también se hallaron estructuras arquitectónicas de una curtiduría que funcionó entre 1720 y 1820, así como una casa del periodo Colonial Temprano (1521-1620).

Víctor Esperón, de la Dirección de Salvamento Arqueológico, dijo que con este descubrimiento por primera vez se tiene un testimonio plausible de la vocación de Temazcaltitlan, un barrio donde se veneraba a deidades femeninas como Tlazolteotl, Ayopechtli o Ixcuina (diosa del parto), Coatlicue, Toci, Chalchiuhtlicue y Mayahuel, advocaciones ligadas a la tierra, a la fertilidad, al agua y al pulque.

El temazcal de 5 metros de largo por 2.98 de ancho fue elaborado con bloques de adobe y fragmentos de tezontle recubiertos de estuco. En la parte central tiene una tina o pileta de agua.

En la parte oeste del terreno, sobre el temazcal prehispánico, se encontraron restos bien conservados de una casa que fue habitada por una familia de la nobleza indígena, una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, durante el periodo Colonial Temprano (1521-1620).

“Debido a que el área era de chinampas, se pensaba que había pocas casas, pero en esta propiedad tenemos evidencia de los pilotes de maderas y piedras que sirvieron para la cimentación de los muros de dichas viviendas”, dijo.

La mezcla del pilotaje prehispánico y las columnas cuadradas que derivan de la arquitectura europea, dijo Esperón, nos ayudan a fechar de manera provisional esta edificación.

Hasta el momento, de la vivienda sólo se han explorado 15 metros en sentido este-oeste, y 10 metros en sentido norte-sur. Un pasillo elaborado con piedra de río de 10 metros de largo y 2.70 de ancho divide las cuatro habitaciones que conforman la antigua casa, dos de los cuartos se ubican al norte y un par más al sur.

En el predio también se encontró una casa de curtiduría que debió funcionar en la última centuria del virreinato español (1720-1820). Esta casa de curtiduría ocupó además la contigua Casa Talavera, según los hallazgos registrados en el área.

El arqueólogo del INAH explicó que en el extremo este del predio se localizaba el “área húmeda” de la curtiduría, como lo indica un conjunto de ocho tinas en las que se procesaban las pieles de las reses, las cuales debían proceder del cercano rastro de San Lucas, ubicado en las inmediaciones de lo que hoy es la estación del Metro Pino Suárez.

Cinco de esas tinas son cuadradas (oscilan entre 2 metros por 1.80, y de 1.20 metros a 1.40 de profundidad), hechas de piedra de basalto pegada con argamasa.

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