Siglo lejano
el orbe en la rama
avispa en el aire.

*

De canto frío
incendia el invierno
Luna sin brillo.

*

El ave canta
a su compás del viento
llanto del cielo.

*

Luz inmensa
deslumbra la vista
del desvelo.

*

En tu florecer
habita el vacío
marzo frío.

*

Licor ardiente
en aquel verano de
tormentas secas.

*

Rey de imperios
gobierna mil esclavos
vacuo interior.

*

No es culpa de
aquella piedra, es
falta de razón.

Delito habitual

Siento la taquigrafía
helada
discreto anhelo
inocente leyenda
cruzando el
deseo de
privar ajeno
equilibrio.

Titubeo la voluntad
de perversas decisiones
pactadas en insano
juicio.

Exploro nuestros
cuerpos
a luz de la vigilia
con la culpa
entre
sábanas.

Palabras

Las palabras son tacañas. Justo en que uno juzga ser poseedor de éstas,
masticando un sagaz ataque, se diluyen en la nada.

Resucitan al tiempo que ya no se necesitan.

II

En la frontera que disgrega la tinta del papel,
entre lamentos desesperados,
se desvanecen en la mudez del pensamiento.

A los Salmos olvidados

Oculto, perceptible
laberinto de fantasía
vago como desdichado ser
sin una senda concreta.

Masas perduran
en la ficción
en el tiempo
adormece la voluntad
expiran cuanto más viven.

Perecimiento venturoso.

Observo el regocijo.

Por poco ambiciono.

Engaño de una vida sin anhelo

¿Has contemplado
perturbarse al mar
una mañana sigilosa
sobre trágico desenlace 
de tu anhelo a seguir
el juego
y
en ese trance
los bullicios internos riñen
cuales guerreros bélicos
por darte una postrera trastada
para escoltarte
en el ruedo?

La negación advierte el llanto

Silencio de tus letras
ausencia del latido
un lustro de incertidumbre
en la memoria añosa.

Hecha mi vida sin tu figura
deshecha en tu regreso
ignoras lo que recorre en las venas
al mirar tu fotografía

y no saber de mi existir.

Demora

Disponer de entereza os suplico.
no es propia la jerga
de este desdichado
campesino.

Transita la palabra
en una maraña
de intelecto
se pierde en la minucia del campo
infinito.

Titubeo
tenedme paciencia
en el camino hilaré este manojo de letras.

Confío no demorar.

Sobre el autor

Armando Noriega (Estado de México, 1988) Periodista, poeta y promotor cultural. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad del Valle de México, actualmente, en la misma universidad, estudia la licenciatura en Psicología. Cursó el diplomado en periodismo cultural en la Universidad de Periodismo y Arte en Radio y Televisión; el diplomado en creación literaria en la Sociedad General de Escritores de México (Sogem). Ha tomado cursos y talleres en literatura, periodismo y diseño gráfico. Locutor y productor de distintos programas de radio. Director de la Revista Cultural Mood; organizador de distintos festivales culturales como el Festival Universitario de Literatura y Artes y el Festival Internacional de Cultura y Artes. Publicado en el libro “letras azules y emociones doradas”, V antología literaria de profesores del CCH por la UNAM.

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