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El invierno cobijó al Cervantino, pero en un santiamén arribó la primavera. Anoche, el Ensamble Le Tendre Amour ofreció al público del Auditorio del Estado un viaje fugaz por las estaciones del año a través del circo y la música barroco.
Con la obra Seasons, los protagonistas desbordaron olas de creatividad; el escenario se inundó de acrobacias, de movimientos desafiantes, que hicieron navegar al espectador entre el asombro y el vértigo.
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL
Mientras los integrantes marcaban el ritmo con instrumentos de la época como el laúd, la viola, el fagot, entre otros, los artistas circenses utilizaron sus habilidades histriónicas para narrar por qué el hombre no se puede librar del vaivén del tiempo y los cambios que conlleva.
La obra comienza con un hombre, quien al parecer es intendente de algún lugar y está obsesionado por dejar todo en orden, reluciente. Hasta que arriba una pandilla vestida al estilo del siglo XVIII e irrumpen con un caos hilarante donde reinan los malabares, la danza aérea, el yoyo chino y los aros.
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL
Conforme avanzan las estaciones del año, el intendente parece contagiarse de este animo circense y embriagarse de la música.
El público, en su mayoría, quedó satisfecha con Seasons porque en cada desafiante acrobacia robaba el aliento de los niños y sembraba una sonrisa en los adultos.
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL
El Ensamble Le Tendre Amour, con sede en España, es dirigido por Katy Elkin y Esteban Mazer y se han preocupado por generar programas inquietantes para que cualquier público devore su música. Han presentado desde la vibrante ópera de cámara española hasta el teatro de Shakespeare y circo barroco. En 2016, en conmemoración de aniversario de Shakespeare, Le Tendre Amour presentó una genial y mágica adaptación de The Tempest utilizando el repertorio musical original de la pieza.
Le Tendre Amour tendrá su última presentación esta noche en el Auditorio del Estado, como parte de las actividades de la edición 47 del Festival Cervantino, que está por concluir.
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL