Los 500 millones de pesos que recibió de último momento la Secretaría de Cultura federal no significará aumento de recursos para instituciones como el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Educal, Dirección General de Publicaciones y Estudios Churubusco, que sufrieron reducciones presupuestarias en el PEF 2019.

Si bien la Secretaría de Cultura pasó de tener 12 mil 394 millones a contar con una suma total de 12 mil 894 millones de pesos, el INBA quedará con 3 mil 84 millones, cantidad menor que en 2018, cuando tuvo un presupuesto de 3 mil 260 millones; reducción que también se dio en Educal, que pasó de 32 millones 936 mil a 32 millones 139 mil pesos.

En tanto, la Dirección General de Vinculación Cultural aumentó 10 veces más su presupuesto, pues en 2018 tuvo 66 millones 710 mil pesos, para 2019 le aprobaron recursos por 655 milones 868 mil pesos. Y a esta Dirección General de Vinculación Cultural es a la que está adscrito el programa S268 y será a la que le corresponda la distribución de los 500 millones de pesos.

En entrevista con EL UNIVERSAL, los especialistas Carlos Lara, Carlos Villaseñor y Eduardo Cruz Vázquez coinciden en que fue un acierto destinar los 500 millones del incremento a programas específicos que trabajan con reglas claras, y no diluir esos recursos en unos cuantos proyectos etiquetados de los 5 mil 600 que llegaron a la convocatoria realizada por la Cámara de Diputados.

El analista en temas culturales Carlos Villaseñor aseguró que estos 500 millones de pesos que le dieron a Cultura están específicamente destinados al programa S268 de Apoyo a la Cultura, y de ninguna manera pueden distribuirse en instituciones como el INBA, Educal, Dirección General de Publicaciones o Cineteca Nacional porque el presupuesto de Egresos de la Federación 2019 está aprobado por la cámara de Diputados y esa distribución es inamovible.

“No hay otra reasignación, no hay otros ajustes y en términos de presupuesto la Secretaría de Cultura no puede hacer ajustes porque tendría que aprobarlos la Cámara de Diputados en el pleno en un proceso de presupuesto. O sea, esto ya se acabó”, señaló Villaseñor, quien dijo que lo que podría hacer la Secretaría de Cultura a lo largo del año son transferencias. “La ley permite transferencias de partidas hasta por un monto máximo de 10%, ahí puede haber ajustes”.

El incremento está específicamente destinado al programa S268 que incluye: Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura (AIEC), Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE), Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC), Apoyo a las Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial (ACMPM), Apoyo a Comunidades para Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal (FOREMOBA) y Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos (PROFEST), tal como lo señala el Anexo 43 de las Ampliaciones al Ramo 48 de Cultura.

A Villaseñor le parece un acierto que se hayan destinado los 500 millones a los programas de Apoyo a la Cultura, pues son programas que tienen reglas de operación, tienen mecanismos de administración interinstitucionales y participa la federación, los estados y, en algunos casos, los municipios. Dice que de haberlos dispuesto para proyectos etiquetados, los recursos se hubieran diluido.

“Ahora la gran expectativa que tienen los estados es en cuánto quedará el Fondo Piso, porque ha sido una demanda muy grande, la otra gran expectativa es en cuánto queda el PACMYC, porque es un programa que las comunidades tienen muy visible; y la tercera es la de Ciudades Patrimonio, desde hace muchos años a estas 10 ciudades mexicanas, por acuerdo, se les daban 10 millones al año a cada una y este año el recurso bajó a 7 millones 400 mil pesos, habrá que ver si dentro de esta reasignación se gestiona algo para cubrir este déficit o en qué se distribuye”.

El también asesor cultural Carlos Lara califica el aumento de los 500 millones de pesos como una buena noticia, aunque es algo que analiza desde diferentes aspectos: en el ejercicio fiscal 2019 no hubo proyectos etiquetados, pero por otro lado habrá una federalización de actividades.

“El aumento del presupuesto para el sector cultural es algo coyuntural, no es estructural, es decir, falta conocer el programa de cultura, algo más que ‘el poder de la cultura’, frase que sólo es un slogan, porque no se puede hablar de una descentralización de la cultura sólo por irte a otro estado. Tampoco se puede hablar de Los Pinos como un museo cuando no hay obra de arte ni trabajo curatorial, es decir, aún falta mucho por profundizar”, comenta Lara.

Por su parte, Eduardo Cruz Vázquez dice que con el aumento del presupuesto las autoridades no sólo tendrían que decir cómo se distribuyen los recursos sino que están obligados a dar a conocer el uso del dinero, puesto que es algo que está regulado, por lo que los titulares de cada una de las dependencias federales deberán ir a la Cámara de Diputados para dar a conocer su plan de trabajo.

“Desde una perspectiva histórica, el hueco es mucho más grande, un presupuesto insuficiente, que va a ampliar la franja de precariedad laboral en el sector gubernamental, es un presupuesto que volverá una verdadera disputa el acceso a los recursos con que cuenta la Secretaría de Cultura, es decir, las rebanadas del pastel son pocas y los solicitantes son muchos, pero es algo que sucederá en todas las dependencias federales, entonces es un presupuesto que en términos generales es resultado de los muchos recursos que el gobierno federal decidió quitar para poder financiar las propuestas del presidente, como la Refinería, Tren Maya, Santa Lucía…”, indica Eduardo Cruz Vázquez.

A pesar de que para 2019 el presupuesto no será mayor en comparación con otros años, el fundador del Grupo de Reflexión en Economía y Cultura (Grecu) indicó que será una suma útil e importante que incluso se caracteriza por superar a la de otras dependencias; sin embargo, lamenta que no se haya logrado una “visión de sector”, es decir, no se ha visto, cuál será la dirección.

“En fin, hay indicadores que no nos anuncian que este gobierno vaya a tener una política económica para el sector cultural, visto como un sector que no integra diversos actores y que todo se resuelva con el recurso público que subsidia y da sostenimiento a un aparato que es indispensable. Esperaremos a ver en el transcurso del año cómo se comporta esto en términos de su debida administración, aplicación y transparencia”, expresa Cruz Vázquez.

Al ser cuestionado sobre si el presupuesto para el sector cultural es un avance, un estancamiento o un retroceso, el gestor cultural lo califica como una cifra “insuficiente”, sobre todo, si se toman en cuenta los recursos ejercidos en 2018, lo que representa una merma importante.

Carlos Villaseñor manifiesta que ahora lo que se debe esperar es que se publique en el Diario Oficial de la Federación —deberá ser publicado antes del 31 de diciembre para que inicie vigencia ese presupuesto el 1 de enero—; “ya ahí veremos más en blanco y negro cómo quedó todo, pero la realidad es que no hay modificaciones ni en las unidades responsables ni a las instituciones que conforman el sector central, veremos solamente estos 500 millones de pesos que se ejercerán a través de la Dirección General de Vinculación Cultural para los fondos que ya mencionamos”.

Ciencia. De acuerdo a las adecuaciones aprobadas por la Cámara de Diputados, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología tuvo un aumento de 100 millones de pesos, pues en el Proyecto Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), Conacyt tenía un presupuesto de 24 mil 664 millones de pesos y tras el aumento, el Consejo tendrá para 2019 un presupuesto de 24 mil 764 millones de pesos.

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