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Pocos de los millones de usuarios de Snapchat podrían imaginarse que sus vídeos compartidos en la red social se convertirían en arte y llegarían a exponerse, hasta que el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA) inauguró una exhibición con las "stories" de la popular aplicación móvil.
No hay nada de particular en los breves clips de vídeo que componen la muestra de LACMA inaugurada esta semana, más allá de personas paseando a sus mascotas, gente en la cocina friendo patatas, haciendo flexiones o tocando la flauta, pero las instalaciones que el artista Christian Marclay ha diseñado a partir de las imágenes dan una función completamente nueva a la plataforma.
Quizás la más sorprendente para el espectador sea la habitación, de ambiente distópico, en la que cuelgan decenas de dispositivos móviles que proyectan en sus pantallas el mensaje "Háblame, Cántame" y que, en cuanto escuchan una palabra, se iluminan con imágenes de otras personas emitiendo ese mismo sonido en Snapchat.
Marclay, un artista suizo-estadounidense que no usa ninguna red social -"apenas tengo tiempo de gestionar el correo electrónico como para ponerme con ello", justifica-, decidió que el centro de su exposición sería el sonido que acompaña a las imágenes, ya que la mayor parte de las veces pasa desapercibido.
"Quería poner la atención sobre el sonido, que muchas veces está presente pero lo olvidamos porque la imagen cada vez es más poderosa", explica Marclay en una entrevista con Efe tras presentar Sound Stories, la exposición que surgió de una colaboración con Snapchat para elaborarpiezas de arte.
On the blog: Fusing art and technology, artist Christian Marclay leverages Snapchat videos as his raw materials for "Sound Stories," opening at LACMA on 8/25. Member previews begin tomorrow, 8/22. https://t.co/llvmoMtRy0 pic.twitter.com/7mf9pNAhwx
— LACMA (@LACMA) August 22, 2019
Para Marclay, las aplicaciones de nuestros teléfonos móviles, como Snapchat, están diseñadas para dar protagonismo a la imagen -"las abres y lo primero que encienden es la cámara, que ocupa toda la pantalla"- , lo que provoca que olvidemos otros sentidos y otras percepciones igual de importantes.
Esa obsesión por la imagen impregna tanto nuestra vida diaria que a veces, según el artista, no somos conscientes del uso que hacemos de ella, por lo que "espera que tras visitar su exposición, uno pueda reflexionar sobre el uso que hace de esas plataformas".
En Sound Stories, Marclay ha diseñado cinco instalaciones, dos de ellas interactivas, que utilizan los sonidos y la imagen de miles de vídeos compartidos por Snapchat para involucrar al espectador.
La primera sala muestra "All Together", en la que 10 teléfonos tocan una melodía a través de los sonidos de vídeos hechos públicos por Snapchat, una sincronía que Marclay ve entre los usuarios de las redes sociales: "Al final todas las personas, en todo el mundo, las utilizan de una forma muy similar", comenta el artista entre la fascinación y la extrañeza.
En la siguiente instalación, "Tinsel Loop", un algoritmo combina vídeos que suenan en la misma nota, aunque uno sea de un gato maullando a su dueño y el otro de una caída graciosa en bicicleta, escenas que se transforman en las notas de un piano en "The Organ", la sala en la que uno puede crear melodías al ritmo de las "stories".
Mientras, en otra habitación denominada "Sound Tracks", todas esas imágenes cotidianas se proyectan a cámara lenta con un sonido envolvente que ocupa todo el espacio y que eleva la sensación de absurdo por esta obsesión humana del compartir a niveles insospechados.
"La mayor parte de las publicaciones son espontáneas y no se piensan, algunos incluso se lamentan después de haberlas compartido -reflexiona-. Yo solo puedo mostrar lo que la gente hace, pero de un modo algo crítico que haga pensar a la gente por qué hace esto, ya que muchas veces lo hace porque los demás lo hacen... Es bueno que la gente piense".