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Expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) están en busca de los pecios europeos más antiguos en aguas mexicanas, los que Hernán Cortés hundió en el acto que marcó el inicio de la conquista de América.
Este proyecto, que evoca una indagación de 1890, es denominado Arqueología Subacuática en la Villa Rica, el cual está a cargo del doctor Roberto Junco Sánchez, titular de la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH.
Además le acompañan los arqueólogos subacuáticos Frederick Hanselmann y Christopher Horrell, de la Universidad de Miami y el Buró de Seguridad y Cumplimiento Ambiental de los Estados Unidos.
A través de un comunicado se detalló que entre la tecnología utilizada está un magnetómetro y un sonar de barrido lateral. El magnetómetro es usado para detectar variaciones en el campo magnético de la Tierra en la zona, con lo que pueden crear un mapa de sitios con alto potencial para luego bucear y excavar.
Los trabajos empezaron los primeros días de julio y abarcan un área de 10 km2 en las aguas de Villa Rica en Actopan, Veracruz. Para ello los expertos subieron a una barca donde realizan trasectos paralelos en profundidades que van de los 2 a los 15 metros.
Los especialistas consideran que artefactos metálicos, como clavos y anclas, así como otros hechos con hierro, funcionarían como indicadores de algún derrelicto mayor.
Los expertos sostienen que Hernán Cortés no quemó sus naves sino les extrajo lo que les sería útil y luego perforó sus cascos para hundirlas y eliminar la posibilidad de que una parte de sus tropas se amotinara y volviera a Cuba.
Agregan que fueron 11 las naves que Cortés trajo a la actual costa mexicana, y 10 las que deshabilitó, porque envió una directamente a España para dar noticias de su situación y sus planes.
Los expertos sostienen que documentos. como las Cartas de Relación y la crónica de Bernal Díaz del Castillo, defienden que el conquistador no quemó las naves. "Eso es un mito construido a partir de referencias de la antigua Grecia, sino que extrajo de ellas todo lo que le sería útil y luego perforó sus cascos para hundirlas y eliminar la posibilidad de que una parte de sus tropas se amotinara y volviera a Cuba”.
Sin embargo cabe la posibilidad de hallar en aguas veracruzanas barcos de la expedición de Pánfilo de Narváez, enviado de Diego Velázquez para capturar a Cortés.
Casi 500 años han pasado desde entonces y solo Francisco del Paso y Troncoso indagó metódicamente la huella submarina de la flota perdida, aunque los trabajos no han tenido éxito en localizar las naves.