En medio de una carrera por fortalecer su legado, Saúl Canelo Álvarez (52-1-2,35 KO’s) se presenta esta noche para pelear por su cuarto título mundial en diferentes categorías, al desafiar al ruso Sergey Kovalev (34-3-1, 29 KO’s) por el cinturón semipesado de la Organización Mundial de Boxeo.
El mexicano asciende dos categorías respecto a su combate de mayo frente a Daniel Jacobs. “Sigo creando mi legado, haciendo historia y cumpliendo las metas que me he propuesto. Quiero ser campeón del mundo en otra división y voy contra un campeón que es el mejor del ranking de su división”, declaró el Canelo.
El rival de hoy es el más grande, más fuerte y más poderoso de puños que ha tenido frente a sí. Un desafío mayúsculo para cualquier boxeador si tomamos en cuenta que existe una ley no escrita que dice que los buenos peleadores pequeños pierden con los buenos peleadores grandes.
Mientras Álvarez detuvo la báscula en 174.5 libras, media abajo del límite de la división, Kovalev necesitó de cuatro intentos para marcar el peso. Debió quitarse una cadena, los calzoncillos e ir al baño para tener opción de defender su cinturón.
Ayer, Kovalev tuvo que sortear el acoso de varios seguidores del Canelo, quienes lo reconocieron cuando abandonó la arena para dirigirse a su habitación, sólo flanqueado por dos personas.
Álvarez corretea la historia. Hoy pelea por ser el vigésimo hombre con cuatro títulos en diferentes categorías y el cuarto mexicano, junto a Erik Morales, Juan Manuel Márquez y Jorge Arce. Son casi siete kilos los que tuvo que subir, respecto a la pelea de mayo. El ruso le saca 10 centímetros de altura y alcance.