Todas las mañanas desde que llegó a la Meca del Boxeo, el ritual de Saúl Álvarez es el mismo: poco después de levantarse de la cama, se mira en el espejo y esboza una enorme sonrisa.
No es para menos, sabe que está en la cúspide de su carrera y que mantenerse sólo depende de él. Eso explica la seriedad con la que afronta el combate contra Daniel Jacobs, unificatorio de los cinturones medianos del Consejo Mundial de Boxeo, la Asociación Mundial de Boxeo(en poder de él) y la Federación Internacional de Boxeo (perteneciente al estadounidense).
Durante su preparación, el tapatío disputó 182 rounds con sparrings, poco más de 15 peleas de entrenamiento. Saúl vive su clímax... Y desea alargarlo cuanto pueda.
“La carrera del Canelo Álvarez es única. Él tiene que ser el mejor del mundo, libra por libra... Ya lo es hoy, antes de Jacobs”, sentencia Óscar de la Hoya, propietario de Golden Boy Promotions, empresa que maneja los destinos del jalisciense. “Ahora, ganándole, obviamente le va a asegurar que será el mejor del mundo”.
Etiqueta que no incomoda al chico de la barba pelirroja, por más que su pasiva voz parezca la de alguien a quien no le gustan los reflectores. A Saúl le encanta que las pecas que le quedan sean iluminadas por la industria que mueve un boxeador triunfador y mediático, como lo es él.
“Más que una presión, es motivación. Al final, lo que quiero es hacer historia”, subraya el Canelo. “No me gustaría decir si soy el mejor de la historia, porque sólo pienso en el momento. Me siento el número uno del mundo y lo que quiero es enfocarme en mi historia, para ser grande en el deporte”.
Por lo que no ha dejado nada a la suerte. Más allá de que Jacobs no es un boxeador con gran cartel, la fortaleza mental que demostró al sobrevivir a un cáncer óseo provocó que la preparación fuera minuciosa. Respeta al neoyorquino, pero no está dispuesto a perder frente a él lo que ha logrado.
Sí, el Hombre Milagro tiene mayor estatura (1.83 metros) que el Canelo (1.73 metros), pero eso no asusta a la esquina tricolor.
“No es la primera vez que el Canelo boxea con peleadores más altos, así es que no hay algún problema”, presume José Chepo Reynoso, entrenador del tres veces campeón del mundo.
La preparación incluyó rivales de mayor talla y alcance, para que Saúl se habituara a alguien con un físico más grande que el suyo, lo que mañana sucederá en el ring de la T-Mobile.