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Una vez más, Tom Brady estuvo involucrado en la jugada que cambió el destino de un Super Bowl, pero fue para mal.
La imagen del quarterback sentado con los brazos sobre las rodillas quedará para la historia de los Patriots. El tremendo golpe de Brandon Graham provocó el fumble de la derrota para Nueva Inglaterra y el primer anillo para los Eagles de Filadelfia.
Ahora no fueron Eli Manning o Tom Coughlin los responsables de la caída de los Pats en un Super Bowl. Los reflectores se fueron sobre Brady —505 yardas y tres touchdowns—. El amargo sabor de la derrota no es algo muy familiar con él. “A veces se pierde y nos tocó a nosotros”.
Es el ídolo más grande en todos los tiempos de la franquicia. Bajo su liderazgo, Patriots ha triunfado en cinco Super Bowls.
Ayer se cumplieron 364 días desde que el egresado de la Universidad de Michigan lograra la remontada más emblemática en la historia de los Super Bowls. Eran 25 puntos de desventaja ante Falcons, que terminaron con el quinto Vince Lombardi para Nueva Inglaterra.
En los últimos segundos del encuentro frente a Filadelfia, Brady luchó por escribir una nueva odisea, sin saber que ya estaba hecha en Filadelfia.
Durante el segundo cuarto, Nueva Inglaterra intentó engañar a la defensiva de Filadelfia con una jugada reversible. Danny Amendola retomó el ovoide y lo lanzó rumbo a Brady, libre de cualquier marca.
El balón resbaló entre las manos del quarterback, una metáfora del resultado final.
En los últimos años, los Patriots se acostumbraron a empatar marcas históricos y anoche no fue la excepción: se convirtieron en el equipo —junto con los Broncos de Denver— con la mayor cantidad de derrotas en un Super Domingo con cinco. No todos los récords son positivos.
A sus 40 años de edad Brady prometió regresar para la campaña de 2018. “No veo alguna razón para no estar”.