Llevar la final de la Copa Libertadores a Madrid se ha convertido en una máquina multiplicadora de beneficios millonarios, para la ciudad y para todos los involucrados.
En la televisión, se espera una audiencia récord. Además se proyectan millones de euros en beneficios directos y una fuerte repercusión indirecta con la colocación de la marca "Madrid" a nivel mundial.
Todo eso estaba en la mente del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, cuando aceptó casi de inmediato que la copa se definiera en el estadio de su club, el Santiago Bernabéu.
Analistas y expertos en marketing deportivo consultados por La Nación estiman entre 28 y 56 millones de dólares el beneficio neto que cosechará la ciudad por albergar el encuentro entre los equipos de River y Boca.
El cálculo en sí apunta e ingresos por hotelería y alojamiento, que se llevan la mayor parte. Luego viene el sector de restauración y alimentación y luego, compras y desplazamientos.
Mientras tanto, en las calles de Buenos Aires, en los medios de comunicación y en las redes se multiplican a diario los lamentos de hinchas que se quedaron sin disfrutar en su propio país de una final histórica, porque por primera vez los dos clubes más importantes de Argentina definirían la Libertadores.
“No podemos viajar por la crisis económica, pero además ni ganas tenemos ya de ver el partido, entre tanto negocio que hicieron, nos quitaron cualquier ilusión”, afirmó Pedro Villar, fanático de River por herencia familiar, que por primera vez a sus 58 años se perderá una final de su querido equipo.