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El Necaxa rescató el empate de último minuto ante Rayados para un 2-2 final, en partido pendiente de la Jornada 1 del Clausura 2020, gracias a un gol de Rodrigo Noya.
La historia de Noya es particular en el futbol profesional. Su padre, empresario argentino, compró al Mérida del Ascenso y Rodrigo empezó a jugar ahí.
Tiempo después papá Noya dejó el futbol, pero Rodrigo quiso seguir, y a pesar de sus pocas facultades futbolísticas, pero gran corazón, se abrió camino.
Estuvo en Veracruz, se fue a Oaxaca, regresó a los Tiburones, también a Oaxaca y ahora está en Necaxa, un Necaxa en donde se volvió el héroe al dar el gol del empate a dos goles, en el último minuto ante Monterrey, el campeón del futbol mexicano que es penúltimo lugar porque no ha ganado y sólo lleva dos puntos.
Ya se saboreaban los norteños su primer triunfo del torneo, con los goles de Miguel Layún y autogol de Fernando Arce. Necaxa había empatado transitoriamente con tanto de penalti de Juan Delgado.
Duelo pendiente de la Jornada 1, duelo seco y de poca llegada. Hasta que llegó el minuto final decretado por el árbitro Adalid Maganda, quien regresó a pitar en la Liga MX después de más de tres años de ausencia.
Centro al corazón del área, la pelota sale rebotada entre varias cabeza, y cae a Rodrigo Noya quien anota y es héroe; sí, el mismo joven que jugaba en el equipo de papá.