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Hirving Lozano y Erick Gutiérrez, los mexicanos que están de moda en Europa, llegaron a México para unirse a la disciplina de la Selección Nacional Mexicana.
Ambos tiene muchos puntos de coincidencia, porque además de jugar en el PSV Eindhoven de Holanda, los dos surgieron de la cantera del Pachuca, que puede presumir ha cosechado las últimas joyas del futbol mexicano:
Héctor Herrera está en el Porto de Portugal, y es capitán. Jürgen Damm se encuentra en los Tigres. Rodolfo Pizarro juega en Monterrey y ya pasó por el Guadalajara.
Del 2013 a la fecha, los Tuzos se han hecho por estas ventas de alrededor de 65 millones de dólares.
Pero todo tiene un porqué, y ese porqué viene de las fuerzas básicas donde Hans Westerhof, ex técnico del Guadalajara y de los mismos hidalguenses puso las bases para que surgieran futbolistas.
“Llegamos a establecer los puntos finos, el profesionalismo europeo”, menciona Jan Westerhof, hijo del técnico holandés, quien reside en Holanda y encargado de los equipos juveniles de los Tuzos.
Mas… ¿en qué consiste el profesionalismo europeo?… “en ser muy metódicos. Una regla o filosofía es tener los mejores jugadores jugando contra los mejores jugadores”, y... ¿Por qué en selecciones menores no se sigue el mismo método?
Hay pasos a seguir, el primero es la búsqueda, el escauteo: “Nosotros queríamos y queremos tener calidad en lugar de cantidad. Por eso tenemos grupos reducidos en busca sólo de calidad. El nivel de entrenamiento así sube, y sí, le dábamos las gracias a los jugadores que bajaban el nivel”.
Después viene “el estilo de entrenar. Tenemos entrenamientos con objetivos claros en los juegos. Hay didáctica en cada práctica y eso eleva la exigencia más todavía”.
Enseguida está el estilo de juego: “Jugamos de acuerdo a un modelo en todas las categorías. Sé que en muchos clubes depende del entrenador que esté en el primer equipo, y así se cambia mucho, pero en Pachuca todos trabajan bajo la misma filosofía, con las mismas prácticas planificadas, así se hace más sencillo que el talento de la Sub-15, se vaya a la Sub-17 y que no tengan problemas de adaptarse, igual a la Sub-20”.
Además de esto, a los mejores jugadores de cada categoría, “los hacemos jugar en un nivel mayor. El mejor Sub-15 se entrena con los Sub-17 y así sucesivamente y como entrenan bajo el mismo modelo no hay problema de no estar con el equipo con el que jugarán en la jornada, eso lo desarrolló mi papá”.
Este método le ha dado grandes resultados al Pachuca, pero, se reitera ¿por qué no lo aplican en las selecciones menores de México?
“No lo sé. Pero es algo que sí se puede trasladar. Se me hace raro. Tenemos más que 40 chicos en selecciones nacionales, Chivas tiene similar número. A veces hay gente de Santos y América, pero el 80 por ciento de los jóvenes que están en las menores vienen de Guadalajara y Pachuca. Ambos equipos tienen un estilo similar de trabajar, y se me hace raro que en la selección juegan otro sistema… Sé que en la Mayor sería difícil homologar, porque es primer equipo y hay que ganar siempre, pero en menores es otra cosa. Convendría utilizarlo, a nosotros nos ayudó mucho”.