La aparente tensión que se vivió hoy entre el segunda base venezolano, José Altuve, y el presidente estadounidense, Donald Trump, marcó la recepción presidencial en la Casa Blanca al equipo de los Astros de Houston, campeones de la Serie Mundial de béisbol de las Grandes Ligas el pasado año.

El venezolano Altuve, Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana, se mantuvo serio a lo largo del discurso de Trump, con quién experimentó un momento incómodo al final del acto oficial en el Ala Este de la Casa Blanca.

Al acabar su discurso, Trump se giró para dar la mano a varios jugadores, como Josh Reddick o George Spinger, ambos situados cerca de Altuve, quien mantuvo las manos en sus bolsillos al ver que el Presidente procedía a saludarles.

Este episodio ocurrió después que Trump felicitara al "asombroso" Altuve, según palabras del Presidente, que bromeó con la estatura del venezolano (1,68 metros).

"(Altuve) es mucho más alto de lo que pensaba", dijo el mandatario entre risas.

En esta ocasión, Trump y el segunda base sí encajaron las manos, aunque la cara de Altuve siguió siendo seria.

A pesar de mantener un posado sobrio, el segunda base venezolano decidió asistir al evento, algo que sus compañeros de equipo puertorriqueños, Carlos Correa y Carlos Beltrán, no hicieron.

Correa, ganador del Novato del Año en las Grandes Ligas de béisbol, fue la ausencia más destacada de los Astros, que excusaron la falta de su mayor promesa asegurando a Efe que tenía "compromisos familiares".

"En el vestuario nunca se habló de la posibilidad de no acudir a la recepción, que es un honor, pero cada jugador es libre de hacer lo que quiera", apuntó en declaraciones a los medios Josh Reddick, que fue el jugador encargado de dar a Trump una camiseta de los Astros con el número 17.

vkc

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