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Tijuana.— Camina con ayuda de un bastón, ya no con la rapidez de antes, ya no con la agilidad de un futbolista, de un deportista en activo. A los 30 años, un accidente propició que Yasser Corona dijera adiós a su carrera en las canchas, a sus sueños de jugar alguna vez un Mundial.
Pero por más que la noche sea oscura, al final “va a salir el sol”, dice el ex defensor, quien sonríe ante la tragedia, quien ve con mucha esperanza su futuro...
Yasser se ha convertido en el amuleto de los Xolos; viaja con el equipo, se viste como uno más de los integrantes del plantel tijuanense, y no lo hace para pasar el tiempo, para no deprimirse, “sino simplemente porque la vida no termina porque no juego futbol, sino que va más allá, es el inicio de otra etapa”.
Así de sencillo, donde otros ven tragedia, Corona ve oportunidad, “muchos dirán: ‘te retiraste muy pronto’, ‘pobrecito’; nada de eso, para mí es un chance de comenzar mi carrera de técnico de forma más temprana, de estudiar más, de aprovechar más, de ver cómo se maneja un equipo, en fin, no hay nada de malo en comenzar a trabajar en otra profesión antes de lo que esperabas”.
Fue el 31 de enero de 2017, partido de Copa entre Tijuana y Correcaminos. Minuto 90, Xolos ganaba 2-1, pero había que defender, había que trabajar hasta el último balón. Falta a favor del Corre, el balón viene por alto, Yasser se levanta, desvía la pelota pero casi al mismo tiempo el delantero Eduardo Juárez va por el remate, no llega, no le da al esférico, sí a la espalda de Yasser, quien cae estrepitosamente al suelo... “Ese día —el del último partido—, había anotado un gol. Desperté de aquella jugada, que no recuerdo, y la gente estaba coreando mi nombre, pensé: ‘chale, si mi gol no estuvo tan chido’, y después al hospital, me dijeron que estaba mal, que tenía un golpe en la cabeza, yo quería unos tacos”.
Minutos, horas, días de drama. El diagnóstico fue lesión en las cervicales, con complicaciones en el sistema nervioso; el pronóstico fue que quizá no vuelva a caminar.
Ha pasado más de un año, días de duda y de rabia; días de esperanza y renovación.
Hoy todo quedó atrás... “muchos podrán decir que lo mío es una tragedia, pero no. La parte de sufrir ya pasó. Siempre he visto la vida de forma positiva; sí, hay momentos en que digo: ‘qué ganas tengo de jugar’, pero bueno, eso es parte de mi forma de ser, soy un hombre positivo, veo todo de buen modo. Esto ya no me deja jugar, pero me deja estar más con mi familia... lo único que me preocupaba era cargar a mi hijo, jugar con él, y la verdad es que lo he podido hacer”.
Porque la vida para Yasser Corona no terminó aquel 31 de enero de 2017, al minuto 90, “simplemente estoy viviendo algo nuevo, una nueva etapa, y me siento muy bien. El club me ha dado todo su apoyo y eso que apenas me habían firmado”.
Yasser está inscrito en el primer equipo y, como uno más, siente, sufre, goza con los triunfos “y esperamos levantar la Copa, ahí vamos”.