Por primera vez en 37 años, un grupo de mujeres pudo asistir a un partido de futbol en Irán. Sin embargo, el histórico avance podría encontrar un rápido freno por parte de las autoridades persas.

Un grupo de alrededor de 100 mujeres recibió permiso para asistir el martes por la noche al encuentro que el seleccionado local ganó por 2-1 ante Bolivia en el Estadio Azadi de Teherán.

Entre las asistentes se encontraban familiares de los futbolistas, empleadas de la Federación de Futbol de Irán y miembros del seleccionado nacional femenino. El limitado grupo fue seleccionado bajo supervisión de las autoridades iraníes.

El fiscal general de Irán, Mohammad Jafar Montazeri, advirtió sin embargo que lo ocurrido no implica un levantamiento de la prohibición que rige desde 1981.

"La prohibición no tiene ninguna relación con el futbol, sino que es una cuestión de pecado", señaló hoy Montazeri en declaraciones que cita la agencia Mehr.

El fiscal afirmó que las normas islámicas no permiten que las mujeres puedan ver a "hombres semi desnudos" en atuendos deportivos, por lo que dijo que abrió una investigación sobre lo ocurrido.

Montazeri señaló además que, en caso de que se les vuelva a permitir a las mujeres acceder a los estadios, ordenará a la Fiscalía de Teherán que actúe.

La argumentación de Montazeri resulta diferente a la habitualmente expresada por el influyente clero. Las autoridades religiosas consideraban hasta ahora que no era adecuado que las musulmanas entren en los estadios, especialmente los de futbol, porque suelen estar muy extendidas las conductas vulgares y corren peligro de ser agredidas por los hombres.

El Gobierno del presidente Hassan Rohani, quien también es un clérigo, y la Federación de Futbol de Irán han intentado en los últimos tiempos flexibilizar la prohibición en medio de las protestas a nivel nacional e internacional, pero hasta ahora han chocado con la férrea resistencia de las autoridades religiosas.

La prohibición dispuesta por el sector ultra conservador rige desde 1981, dos años después de la Revolución Islámica de 1979. En los últimos tiempos se multiplicaron las protestas y críticas a la medida y varias mujeres lograron incluso ingresar a los estadios disfrazadas de hombres.

En junio, durante el Mundial de Rusia, las mujeres lograron un pequeño avance al poder asistir al estadio Azadi para seguir en pantallas gigantes la actuación de la selección persa en el partido ante España.

El martes, durante el partido frente a Bolivia, se pudo escuchar el grito de aliento de las mujeres incluso con más fuerza que el de los casi 12.000 hombres que asistieron. "¡Irán! ¡Irán!", se escuchó en el estadio.

El grupo de mujeres contó con su propia tribuna, al lado del sector VIP y separado del resto de la grada. Un grupo de policías custodió especialmente el sector para evitar potenciales agresiones de los hombres.

"El apoyo de las mujeres fue muy interesante", destacó el entrenador de Irán, el portugués Carlos Queiroz, tras el encuentro. Según el seleccionador, el hito puede suponer el "comienzo de una nueva era".

El lateral del seleccionado iraní Hossein Mahini, que no jugó el partido por lesión, pidió que esto sea apenas el primer paso. "Espero que les pertenezca pronto la mitad del estadio", dijo sobre un recinto que tiene capacidad para 100.000 espectadores.

Los medios iraníes también destacaron la presencia de mujeres en el estadio. "Un paso adelante", señaló el diario "Etemad". Otros medios, sin embargo, recordaron que a muchas aficionadas se les prohibió el ingreso pese a que la grada femenina contaba aún con mucho espacio disponible.

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