El mayor secreto del día lo guardó el Veracruz. Todos pensaban que no se iban a presentar a jugar y al final sí lo hicieron, pero su actitud fue otra.
Silbatazo inicial, sacan los Tigres, pero los jugadores jarochos no se mueven. La pelota es tocada por los felinos y de larga distancia el visitante anota el primer gol segundos después.
Y los Tiburones siguen sin moverse. Los de Tigres no saben cómo actuar. La pelota la toma Gignac y anota el segundo. Sólo entonces Veracruz, con los dos goles en contra, comienza a jugar, solo para que a los 6', Eduardo Vargas metiera el tercero.
Y así fue la protesta del Tiburón. El secreto mejor guardado de un día caótico para todos en el futbol mexicano. El partido se jugó, pero nadie esperaba que iniciara de esta forma.