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Guadalajara.— Se va Rafael Márquez. El clásico tapatío de esta noche será el último partido que juegue en el estadio Jalisco. Se va como rojinegro, en donde todo inició y ante el acérrimo rival... “irme con una victoria en este partido siempre sería el mejor resultado y la mejor despedida”.
El defensor todavía sueña con la oportunidad de jugar un último Mundial, pero antes, dirá adiós a las canchas a nivel de clubes después de casi 22 años de carrera profesional, la cual inicio en 1996, en su debut como rojinegro, en un empate ante los Pumas.
Márquez aseguró que no ha perdido la pasión por el futbol, por el contrario, aumenta conforme pasan los días, pero añadió que hay momentos en la vida, en los que se tienen que elegir otros rumbos y ese momento le ha llegado, así que disfrutará el clásico tapatío como si fuera novato.
“Es el rival de siempre, así que uno los juega siempre con mayor pasión, exigencia, tratando de ganar con la mayor exigencia”. Con victorias, “así me gustaría terminar y con el sueño de ir a un quinto Mundial que está muy cerca”.
El defensor precisó que físicamente se siente en óptimas condiciones, pero seguirá trabajando duro porque también quiere estar en la lista final de Juan Carlos Osorio.
El michoacano jugó poco en México con apenas 128 partidos entre los rojinegros y el León, con el que fue bicampeón. En Europa y la MLS sumó 313 duelos, entre el Mónaco, Barcelona, Red Bulls y el Hellas Verona. Ganó dos Champions League con los catalanes, entre muchos otros torneos que engrosaron un palmarés envidiable.
La calidad del zaguero es reconocida por todos, incluso en el campamento de las Chivas, en donde Ángel Zaldívar, se derritió en elogios: “Tiene todo mi respeto. Es un buen ejemplo, uno de los mejores y será un honor otra vez enfrentarlo”.
Al eterno capitán, no le resta más que disfrutar, “estoy muy orgulloso, contento, satisfecho de la carrera que he tenido”. Se acerca el adiós.