Fue la catarsis de la noche. Mientras casi 50 mil personas le aplaudían entrañablemente, Rafael Márquez se hincó sobre ese césped que le vio debutar hace casi 22 años. Fue el último ritual del hombre que anoche jugó su último partido en el estadio Jalisco. Las lágrimas fueron inevitables. La emoción también.

El Káiser de Michoacán se fue con una victoria en el clásico tapatío (1-0). No podía ser de otra manera. El tempranero gol de Edyairth Ortega (56 segundos) dio al Atlas los tres puntos.

El Guadalajara tiene la mente en la final de la Liga de Campeones de la Concacaf. Por eso, Matías Almeyda volvió a poner un equipo alternativo, que luchó y buscó sacar unidades, aunque también pareció entender que la fiesta, esta vez, era rojinegro.

Lo que explica que el propio Pelado se acercara a felicitar a Márquez tras ser sustituido del campo. Gerardo Espinoza dirige sus primeros duelos en la Liga MX, pero comprendió perfectamente que era la noche del legendario ‘4’ atlista. Por eso, le sacó cuando ya corría el tiempo de compensación. Multitudinario homenaje.

Francisco Chacón, cuarto oficial, desentonó al equivocarse en el número que mostró en el marcador electrónico. Detalle imperceptible para esa multitud que se entregó a un futbolista que todavía sueña con jugar su quinta Copa del Mundodurante los próximos meses.

vkc

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