Banderas agitadas, gritos de gol, una fanaticada cruzazulina contenta. Alegría combinada con la tristeza de una despedida.  El cemento sonrió pese al adiós.

Antes de la demolición del estadio Azul, los celestes fueron felices en los últimos 90 minutos en la historia futbolera del recinto.

Victoria final 2-0 sobre Morelia para dejar en el anecdotario que Cruz Azul tuvo una celebración, luego de una historia plagada de fracasos en 21 años y ocho meses en los que habitó el coso de la colonia Nochebuena. Ningún título de Liga para La Máquina, mientras habitó ese lugar.

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“Lo único que nos pesó fue que no pudimos ganar títulos como local. Hay otros equipos que han perdido campeonatos en casa más recientes, pero, parece, que no se acuerdan”, expresó el presidente celeste, Guillermo Álvarez Cuevas.

A manera de consuelo, “Billy” halló el mejor momento de su equipo en el recinto de Insurgentes fue que “lo remodelamos, los palcos no tenían sala y cuando jugaron otros equipos aquí, no estaba como ahora. Lo único que nos faltó fue la escalera eléctrica”.

Los goles de Martín Cauteruccio (11’) y Ángel Mena (38’) sirvieron como paliativo a su leal afición.

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Desde temprano, la recepción los aficionados celestes a su equipo fue como si hubiera ganado un campeonato.

Niños, mujeres, hombres, ancianos y hasta curiosos vitorearon al plantel cementero a su llegada al estadio Azul.

"Es un sentimiento que no morirá, olé, olé, olé, yo cada día te quiero más", cantaron los fieles al club de La Noria.

La mayoría de los aficionados sacaron sua celulares para obtener un testimonio acerca del último arribo cruzazulino al inmueble de la Colonia Nochebuena.

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Otros aprovecharon para sacar una manta que rezaba: "jamás me arrepentiré de este amor", pese a que La Máquina tiene 20 años y medio sin título de liga.

Poco pareció importar que los pupilos de Pedro Caixinha se quedarán sin Liguilla en el Clausura 2018. Fueron recibidos como héroes y ganar a Monarcas ratificó esa etiqueta.

Sin embargo, hubo malas noticias en situaciones trascendentes que rodean  al balompié: empleos. Existió preocupación entre los vendedores ambulantes en las inmediaciones del Estadio Azul.

Luego de que La Máquina cementera se vaya al Estadio Azteca y el coso sea demolido, "nos quedaremos sin trabajo", lamenta Yoojana Murguía Luna, quien vende tacos desde hace 36 años en ese lugar.

"Tenemos la Plaza (de Toros México), pero no es lo mismo. Aquí era cada 15 días y ahora sólo será lo que duren los toros", explicó en entrevista con EL UNIVERSAL DEPORTES.

La taquera que comerciaba enfrente de la puerta 3 del inmueble informó que "nosotros no nos vamos con el Cruz Azul al Azteca. Aquí nos vamos a quedar".

"Para nosotros, era una fuente importante de dinero. No puedo decir cuánto era, pero si es algo considerable", expuso la vendedora.

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Al hacer un sondeo, varios de los ambulantes en la zona correrán el mismo destino, ya que los permisos delegacionales son diferentes.

Cruz Azul se mudará al Coloso de Santa Úrsula. Será su nueva casa, que compartirá con el América, y se convertirá en el único equipo sin estadio propio en la Liga MX.

Los jugadores cementeros se fueron con una vuelta alrededor del cesped. Mientras, sonó la canción “Color Esperanza” de Diego Torres. Y ese color, fue el azul.

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