El Cruz Azul y Necaxa se complicaron para sacar una victoria en el estadio Victoria. Ambos tuvieron sus oportunidades, un penalti por cada lado, pero desaprovecharon las oportunidades y se fueron con un empate sin goles.

Edgar Méndez empujó el balón que Milton Caraglio había errado en su cobro, pero el español había ingresado antes de tiempo al área rojiblanca y no fue válido. Maxilmiliano Salas mandó el balón, desde el manchón, hasta la fuente del recinto.

Una igualada que no sabe y pausa la motivación celeste en este Apertura 2019.

El primer tiempo no entregó un futbol entretenido. El Cruz Azul manejó los ritmos, con pases laterales y, en ocasiones, en profundidad. El Necaxa, sin mucho arsenal a su disposición, esperó los errores cementeros para lastimar en contragolpes. Ninguno tuvo éxito en su táctica y fue hasta la segunda mitad que existió emoción.

La Máquina ya se sentía tranquila, gracias a una pena máxima señalada por Jorge Pérez Durán, quien tuvo que consultar con el VAR para observar la falta dentro del área hidrocálida. Hugo González detuvo el disparo de Milton Caraglio pero ahí estuvo Edgar Méndez para empujar el esférico. Explosión cementera.

Sin embargo, el riguroso reglamento marca específicamente que ningún elemento puede ingresar al cuadro antes del cobro de penalti, rubro que había roto el español y el tanto no fue válido (minuto 52).

El silbante consultó la pantalla en tres ocasiones y consumió bastante tiempo que demoró el partido y lo hizo —todavía más— lento y trabado. Con ambos equipos apagados y con poco ímpetu de llevarse los tres puntos.

Al 72, Julio César Domínguez derribó a Maximiliano Salas dentro del área, el silbante marcó penalti y expulsó al zaguero. Pero el atacante no supo aprovechar y voló su cobro desde el manchón.

Partido en Aguascalientes no durará en la memoria, ni en la de celestes o hidrocálidos.

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