Los seleccionados nacionales han tenido mala fortuna en el uso de las redes sociales, ventilando en demasía su vida personal, que siempre es ligada a su accionar futbolístico.

En junio de 2017, en plena Copa Confederaciones, Carlos Salcedo comenzó a responder por medio de Twitter los ataques que hubo en su contra después del juego ante Portugal en fase de grupos, donde no tuvo una buena actuación: “Como dice el dicho, matas a 1 perro y eres mata perros para toda la vida. México lindo y querido. #Eslo que hay”, escribió.

En julio del mismo año, la boda del portero nacional Guillermo Ochoa prácticamente fue víctima de los paparazzi de redes sociales. Por medio de Twitter, Facebook e Instagram todos pudieron observar a los invitados, muchos de ellos famosos jugadores y parte de la gran celebración.

El caso más revelador del mal uso de redes sociales ha sido el de Alan Pulido. El delantero del Guadalajara ha sido víctima de filtración de fotos y videos en todas sus herramientas y sus cuentas. La más reciente fue en febrero de este año, cuando visceralmente cerró su Instagram donde ventilaba toda su vida personal. Los insultos y críticas de la afición no dejaban de llegar así que el futbolista decidió cortar por lo más sano.

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