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Barras en el futbol mexicano, sinónimo de violencia

La barra de animación es un concepto que nace en Sudamérica, en Argentina, y trata de un grupo de jóvenes que en lugar de “echar porras” se dedica a alentar durante todo el partido a su equipo por medio de cánticos.

Foto: Imago7
22/10/2019 |08:39
EL UNIVERSAL San Luis Potosí
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La barra de animación es un concepto que nace en Sudamérica, en Argentina, y trata de un grupo de jóvenes que en lugar de “echar porras”, se dedica a alentar durante todo el partido a su equipo por medio de cánticos, además de amedrentar a los rivales con frases en su mayoría insultantes.

En México la idea llegó de mano de Andrés Fassi, quien en 1996, en un viaje a Costa Rica, vio cómo la barra del Saprissa apoyaba a su equipo y quiso traerla a México.

Desde ese momento, la palabra barra, más que asociarse con animación, se asocia con la violencia en los estadios, aunque para Jorge Díaz, el Chino, quien fue traído de tierras ticas precisamente para enseñar a los mexicanos, cómo apoyar..., “las barras son para apoyar, lo que pasa es que la gente empieza a desvirtuar las cosas. Digamos: la medicina está hecha para curar, pero si hay corruptos que comienzan a vender o a cambiar las cosas para hacer sicotrópicos, es donde se desvirtúan los conceptos. Llegamos a que la gente aprendiera a cantar, a alentar en un entorno sano del futbol”.

Pero hubo desvíos: “Lo comenzaron a copiar los demás clubes del futbol mexicano, pero lo copiaron mal. Empezaron a hacer estragos y a aprovecharse de las circunstancias para hacer maldades, como ha pasado últimamente, esas imágenes  [en San Luis] son muy fuertes”.

Cuando comenzó a tomar notoriedad, la Ultra Tuza también fue señalada como violenta..., más el Chino lo niega: “Nosotros no inventamos la violencia. Inventamos cantar, las porras, la bandera, pero no enseñamos ‘vayan el estadio y peléense, péguense’; lo que otras personas hayan hecho en otras barras es problemas de ellos. Si dejaron infiltrarse a otras personas, delincuentes, no es nuestra culpa. El concepto es otra cosa, no a lo que lo han transformado”.

En Pachuca, asegura, “no dejamos que a la barra llegara cualquier tipo de persona, porque hay muchas probabilidades de que todo se joda. En Pachuca fuimos muy organizados, ojo, no hablo de que se tenga a puros parroquianos, pero la mayoría es gente buena, sana, lo más es tomarse una cerveza”.