En la primavera del año pasado, al ligamayorista Alexei Ramírez le sorprendió escuchar la voz de un adolescente que por teléfono lo invitaba a formar parte de un equipo de beisbol.

El cubano, quien en ese momento se encontraba en pausa, luego de nueve temporadas en Grandes Ligas, en un principio pensó que se trataba de algún chico que pretendía que estuviera en un juego de softbol a beneficencia.

Unos cuantos segundos pasaron, cuando en el altavoz de su celular, Alexei oyó: “jugarás en el equipo más importante de beisbol en México”. Con mayor determinación, esa misma voz convenció al cubano de vestir los colores de los Diablos Rojos del México.

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En una sola llamada, Santiago Harp Grañén, de 17 años de edad, consiguió su primera contratación de renombre para el club de su padre, que en algún momento heredará, como sucedió con la pasión por el beisbol.

El hijo de Alfredo Harp Helú sedujo al exjugador de los White Sox de Chicago al deletrear de la A a la Z lo que representan los Diablos Rojospara el deporte mexicano. No fue difícil para Santiago. Desde que estaba en pañales caminó por el mismo espacio de los jugadores. Creció a la par de los proyectos  más ambiciosos en la historia de la organización capitalina y aprendió hablar al escuchar muchas conversaciones en las que el tema principal fue el equipo de beisbol.

Ramírez duró menos de una temporada con el México. Pero la contratación del cubano, puso a los Diablos de nuevo en la geografía de equipos contendientes al título, luego de dos años en los que naufragaron sin postemporada.

Yo estaba en Miami, el hijo del dueño me habló. Al principio de verdad que me extrañó que alguien tan joven supiera tanto de beisbol. Tenía muchas estadísticas mías y me contó muchas cosas de la organización, de verdad que es de aplaudir que a su corta edad, sepa lo que está haciendo”, confesó  Ramírez a EL UNIVERSAL Deportes.

Las estadísticas, los números y el beisbol es parte del apellido Harp. Santiago comenzó administrar novenas con el videojuego de PlayStation, MLB The Show que permite a los gamers convertirse en gerentes generales de equipos de Grandes Ligas a los cuales hay que planificar toda la temporada manejando presupuestos y contrataciones.

Santiago está enfermo de beisbol. Ha crecido con el equipo, sabe mucho del juego, sabe mucho de las necesidades que tienen los peloteros y cómo buscar lo mejor para que todo funcione. Le gustan los videojuegos y eso también ayuda para familiarizarse con nombres de beisbolistas y los números que van poniendo en la temporada”, contó Iván Terrazas, capitán de los Diablos Rojos y quien cargó a Harp Grañén desde que era un recién nacido.

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Con la mayoría de edad recién cumplida, Santiago Harp se mudará este verano de Oaxaca a la Ciudad de México para estudiar en la Anáhuac, pero sobre todo para estar más apegado a la oficina del equipo que algún día dirigirá.

El nuevo estadio que lleva el nombre de su padre, Santiago tomó la responsabilidad de que el clubhouse (vestidor), no estuviera por debajo de los mejores de Grandes Ligas.  Se encargó de que cada espacio fuera funcional y cómodo para los jugadores y el cuerpo técnico de los Diablos.

En el corazón de la nueva casa del beisbol de la capital, se encuentra un vestidor con espacios personalizados para cada beisbolista. Pantallas para distraerse en las horas previas a un encuentro. Un gimnasio con la misma cantidad de aparatos con los que cuenta una sucursal de Sport City(propiedad de los Harp), una caja de bateo techada, tinas de hidromasaje, sala de psicología, oficina para manager y entrenadores entre otras características que hacen del clubhouse de Diablos el mejor de México.

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En este estadio yo me encargué de los vestidores. Sé lo que necesitan los peloteros y puse mucho énfasis en darles lo mejor”.

En su infancia y juventud, Santiago practicó beisbol con jugadores que ya se encuentran en proceso de debutar con el primer equipo de Diablos en laLiga Mexicana de Beisbol. Convivió con ellos en la Academia de desarrollo que su padre mantiene en Oaxaca.

Si el  hijo varón  de la familia Harp Grañén  no se “poncha” con materias podría recibir como graduación la dirección de los Diablos Rojos del México y con ello convertirse en el gerente general más joven en la historia del deporte profesional.

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John Chayka con 26 años de edad se convirtió en 2015 en el mandamás de menor edad en el deporte estadounidense al asumir la dirección de los Coyotes de Arizona de la NHL.

Para respaldar su gestión, Santiago estará respaldado por un fideicomiso que creo  su padre Alfredo que garantiza la sobrevivencia de los Diablos Rojos y la Academia por más de 50 años.

Relevista de la pasión Harp por el beisbol, Santiago Harp Grañén se prepara para tomar la pelota. 

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