La breve aventura del Guadalajara en el Mundial de Clubes, en los Emiratos Árabes Unidos, significó más de 50 mil pesos invertidos y casi 15 mil kilómetros recorridos. Pese a la triste actuación del Rebaño, la afición que lo siguió se dice incondicional, como Jorge Rodríguez, mejor conocido como Peruzzi y uno de los líderes del grupo de animación Legión 1908 DF.
“Sabiendo que las cosas no se han hecho de buena manera en la directiva, nosotros como seguidores siempre haremos hasta lo imposible para acompañar al equipo, creemos que la fortaleza de esta gran institución está en los chivahermanos. Pagué 30 mil pesos de hospedaje y boletos de avión desde la Ciudad de México. Ya con alimentos, transportes y entrada a los lugares visitados, el gasto del viaje rebasa los 70 mil [pesos]”, desglosó. “Compré boletos para todos los juegos del Mundial hasta la final, sin saber qué llave le tocaría a Chivas... fueron 4 mil pesos más”.
Pero, la experiencia como turista será inolvidable para Peruzzi. “Hay muchas cosas para conocer, como el rascacielos Burj Khalifa y los paseos por el desierto, la mezquita Sheik Sayed de Abu Dabi, parques y las playas”.
Víctor Flores, otro fanático del Guadalajara, planeó su viaje una vez que el club levantó el título de la Concacaf, en abril pasado. “En cuanto la FIFA dio las fechas, compranos los vuelos de México-Nueva York y de ahí a Dubai, gasté del vuelo completo como unos 20 mil 500 pesos. Me hospedé primero en el mismo complejo del estadio Hazza bin Zayed, la noche ahí te vale 2 mil 500 pesos. En Abu Dabi, un cuarto de hotel lo pagué en 7 mil 500 por nueve noches. Para movernos fácil rentamos un carro [500 pesos el día y mil pesos de gasolina], en comida son entre 100 y 150 pesos, además compramos un safari [mil 500 pesos] en el desierto, un viaje a Yas Marina, conocimos una peña en Al-Ain y la gran mezquita en la capital de los Emiratos”.
¿Valió la pena? “Sí, fue mucho sacrificio, de meses de ahorro y ayuda por parte de familiares para poder juntar el dinero necesario”, señaló Peruzzi, de 26 años de edad y quien labora en un despacho fiscal en la Ciudad de México; mientras que Flores, de 40 años y dueño de una consultoría, coincidió en que “era una oportunidad única, además de venir de vacaciones y porque en su momento teníamos a Matías Almeyda y con él veía un equipo competitivo”.