Reglamentariamente los partidos duran 90 minutos. Pero siempre hay que estar dispuestos a luchar un poco más.

Puebla no lo entendió y perdió la perfección en su casa ante el Necaxa, justo cuando el cronómetro marcaba el 91’.

Los Rayos nunca se rindieron y La Franja pensó que el gol de José Daniel Guerrero (78’) le era suficiente para obtener un nuevo triunfo en el estadio Cuauhtémoc, donde no había cedido ningún punto en el Clausura 2018.

La escuadra hidrocálida fue combativa. Estuvo con el empuje en los instantes finales, pese a que el resto del partido había especulado con el empate.

Y fue un golazo con el que el Necaxa se salió con la suya. Martín Barragán, uno de los pocos delanteros mexicanos en la Liga MX, se atrevió a mandar un misil hacia la portería de Moisés Muñoz.

Moi no es el de antes, el que hacía atajadas, prácticamente imposibles. Sin embargo, se estiró, pero no pudo realizar una parada de antología, como en otras épocas.

El balón se coló hacia el ángulo poblano. La banca necaxista saltó de alegría, mientras el Puebla, como se dice en el beisbol, quedaba tendido en el campo (91’).

Final de alarido, inmerecido para un partido de pocas emociones en los marcos, porque ambas escuadras se neutralizaron.

El Necaxa ligó seis partidos sin conocer la derrota. Una racha que los tiene en una zona de clasificación, al amanecer en el sexto sitio del torneo con 13 puntos.

Puebla sufre por primera vez una cesión de unidades como local, aunque se mantiene como uno de los animadores del certamen, pese a que tiene una nómina que en nada se compara con la de Tigres, América o Monterrey.

El equipo de Enrique Meza padeció ese pequeño tropiezo en la agonía del encuentro.

El Twitter de Puebla resumió así el empate concedido en tiempo de compensación: “Eso nos pasa por burlarnos de ya saben quién”, como clara referencia a una cruzazuleada camotera.

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