Zapopan.— Las protestas de los jugadores de Chivas, por los premios que la directiva no les ha pagado, no afectan el entusiasmo de Matías Almeyda, para llegar sólido a la final de la Liga de Campeones de la Concacaf. El Pelado está seguro de que esta noche, los suyos sacrificarán todo por ir a su primer Mundial de Clubes.

“Particularmente, no hablaré del tema [de los adeudos]. Cuando finalice todo, lo haré. Tenemos un sueño, hablaremos de futbol solamente”, advirtió el estratega, quien pidió no poner en duda la lealtad de cada jugador.

En la mente del argentino no caben los problemas. Sueña despierto, porque sabe que está a un paso de hacer historia.

“Es algo importantísimo. Nunca se dio en la historia [del Guadalajara] ir al Mundial de Clubes, [la Concacaf] no se gana desde el 62. Es algo en lo que pensamos desde hace un año, cuando salimos campeones y nos daba el pase a este hermoso torneo”, dijo.

Con la ventaja en la bolsa, por el 1-2 de la ida en Toronto, el timonel aterrizó la mirada soñadora a una certera, pero con la humildad como su bandera.

“Faltan 90 minutos. Tenemos muchas ganas, [estamos] con un deseo enorme de conquistarlo [el título]”, y se encomendó a sus pupilos. “Gracias a ellos nos ha tocado ser finalistas. No ha sido fácil. Ellos han sido grandes intérpretes de lo que hemos estado construyendo en estos años. Ojalá podamos ganar”, agregó.

“Respetamos a todos los rivales, porque nos gusta ser respetados. No hay nada definido, quedan 90 [minutos] y saldremos concentrados, con las mismas ganas de siempre, el deseo de levantar una copa más y poder dar otra vuelta olímpica”, reveló. “Es de lo más lindo que tiene el futbol”.

Respecto de las críticas por el triste torneo de Liga, donde no clasificaron a Liguilla, el Pelado reflexionó en voz alta.

“Hay que ser autocríticos. He escuchado a otras personas decir que: ‘A Almeyda se le terminó el discurso’, y es un grave error. A los jugadores les hablo desde lo más profundo de mi corazón, siempre tiene algo nuevo que decir el corazón. Estoy disfrutando de preparar una final”, afirmó.

Y concluyó con una versión distinta, la de un Matías sentimental. Más humano.

“Hemos jerarquizado al equipo nuevamente. Estamos felices de que podremos disputar una final más. Muchas veces, dramatizamos el futbol, cuando la vida pasa por otro lado. Tenemos un grupo de jugadores humildes que les gusta el futbol, aman el futbol, aman ser compañeros, aman defender el futbol mexicano. Si pudiera enseñarles las ganas con las que salen para defender una bandera, estos jugadores juegan con amor”, presumió. Espera que hoy, pese a todo, lo hagan otra vez.

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